El vicario general castrense, monseñor Gustavo Acuña, presidió este 26 de abril la misa por el aniversario de bautismo de la Fuerza Aérea Argentina, ocurrido el 1º de mayo de 1982.
La celebración tuvo lugar en la catedral castrense Stella Maris, y contó con la participación de las autoridades e integrantes de la Fuerza.
La ceremonia fue ocasión para rendir homenaje a los integrantes de la Fuerza Aérea que formaron parte de la guerra de Malvinas; no sólo para quienes volvieron, sino para quienes quedaron allí. Monseñor Acuña señaló que “recordarlos sin rezar, es no recordarlos como merecen o empezar a olvidarlos”.
“En esta santa misa queremos manifestar que no nos olvidamos de nuestros camaradas, no nos olvidamos de nuestros hermanos que aquel 1° de Mayo de 1982, protagonizaron el bautismo de fuego de nuestra Fuerza Aérea Argentina, inscribiendo desde entonces, las primeras páginas de gloria de la ‘patria alada’. Ellos siguen estando presentes en nuestra mente y en nuestro corazón, y esto significa que de alguna manera siguen viviendo, como custodios eternos de nuestras irredentas Malvinas”, expresó.
El vicario añadió que también debemos ejercer ese recuerdo “estando presentes en las necesidades de los demás, pidiendo unos por otros siempre, ayudándonos a crecer en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres, cueste lo que cueste. Así obraron ellos”, aseguró.
“No son suficientes las palabras si no nos transformamos en hombres y mujeres de mirada y vida trascendentes, que redunde en un verdadero compromiso de vida, por la Patria, nuestras instituciones y familias”, agregó el sacerdote.
“A nuestros muertos caídos en cumplimiento del deber y a sus seres queridos, pero también a tantos de ustedes que volvieron, les decimos que la Iglesia, que la Fuerza Aérea, está con ustedes, que no los olvidamos, y por eso hoy nuestras oraciones se elevan a Dios, con más fervor que nunca”, concluyó.
Concelebraron la Eucaristía el capellán mayor de la Fuerza Aérea Argentina, presbítero César Lionel Tauro, el presbítero Sergio Fochesato y el presbítero Luis Alberto Ioele.
