qUIZÁ incluso sea posible que las jornadas y el viaje de Ratzinger no supongan coste alguno a las arcas públicas si las aportaciones de empresas a cambio de jugosos descuentos fiscales llegan a cubrir los gastos de tanta inútil suntuosidad. En todo caso, es exigible la máxima luz y taquígrafos sobre esas cuentas. Pero no creo que ése sea en cualquier caso el problema principal. Lo inquietante es el mensaje que los jerarcas católicos y sus altavoces políticos y mediáticos lanzan estos días al amparo de la movilización de cientos de miles de jóvenes: una revisión manipulada del propio papel de la Iglesia católica en la historia para reivindicar la vuelta a un nacionalcatolicismo reaccionario y conservador como esencia básica de una idea de España uniforme en lo político, en lo cultural y en lo religioso. La religión es sólo un medio para justificar un mensaje en muchos contenidos contrario a derechos constitucionales, a valores democráticos y a normativas legales. Discursos huecos de humanismo evangélico y ajenos a la realidad socioeconómica. La misma imposición de la obligatoriedad de pleitesía del poder civil -en este caso, de la política democrática- al poder católico sólo que ahora en un Estado constitucionalmente aconfesional. Y decenas de cargos públicos y autoridades, incluyendo al presidente Zapatero, varios ministro, la plana mayor del PP y la familia Borbón al completo, rindiendo homenaje a una anacrónica e involucionista jerarquía católica -responsable de desmantelar los valores evangélicos del Concilio Vaticano II y de la persecución de miles de disidentes católicos- y a su máximo mandatario. Imágenes de otra época.
Siria, cosas veredes, Sancho, que si creyeres · por Guadi Calvo
El HTS es una activa formación de al-Qaeda, que con diversos nombres no dejó de ponerle fuego desde…