La Cartuja de Jerez, declarada Monumento Histórico Artístico en 1856, estrenó ayer nuevas dependencias, dentro de una restauración en la que el Ministerio de Fomento ha invertido 1,6 millones de euros.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, inauguró ayer esta restauración, en la parte del ala norte del claustro grande de la Cartuja, en un acto en el que destacó «la decidida apuesta del Gobierno de España por la preservación del patrimonio de Andalucía». En base a esa apuesta desde 2012, Andalucía ha recibido unos 50 millones de euros del Ministerio de Fomento en proyectos de restauración, consolidación y rehabilitación de edificios y monumentos históricos en diversas provincias, según destacó ayer el Gobierno. De ellos, 15,1 millones proceden del Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico para la reconstrucción de edificios históricos y conjuntos monumentales, y el resto del programa del 1,5% Cultural.
En el caso de la Cartuja de Jerez se ha rehabilitado con los fondos procedentes del Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico. Este edificio constituye «el conjunto monumental de mayor valor artístico de la provincia de Cádiz», según Antonio Sanz. La obra se ha centrado en un ala que tenía un alto grado de deterioro y que ya fue objeto de una intervención en 1984 para evitar su derrumbe. En este ala norte se han habilitado 15 habitaciones para las hermanas que viven en el monasterio, en el mismo espacio que originariamente ocuparon las antiguas celdas cartujanas.
Ubicada en las inmediaciones del río Guadalete, la Cartuja de Jerez es un recinto construido de tres hectáreas, cuyo estilo inicial se corresponde con el gótico tardío y que data del siglo XV.
Su portada renacentista, obra de Andrés de Ribera, y la capilla de Santa María, así como la sillería del coro y el retablo mayor, realizado por Juan de Oviedo de la Bandera (1565-1625) y el pequeño claustro gótico, proyectado por Martínez Montañés, son algunos de los puntos de interés de este conjunto, al que pertenecieron numerosos cuadros de Zurbarán que hoy están en el Museo de Cádiz
Las monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno, continúan allí la tarea que durante más de cinco siglos realizaron los padres cartujos, que abandonaron este monasterio ante la proximidad de la invasión francesa de 1810. A su regreso, los padres lo encontraron desolado y saqueado, con desperfectos importantes, incluso en las edificaciones destinadas a alojamiento de tropas y posteriormente, y con la desamortización de Mendizábal, se produjo el expolio total del conjunto.