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Italia aprueba la ley que introduce el testamento vital

Marco Cappato (dcha.) celebra con Mina Welby (centro), la aprobación de la ley del testamento vital. VINCENZO TERSIGNIEFE

La ley prevé que ningún tratamiento sanitario pueda ser iniciado o continuado sin el consentimiento libre e informado de la persona interesada

El Senado italiano ha aprobado este jueves la ley sobre el llamado ‘testamento biológico’, conocido como testamento vital en España. La ley, que ha contado con 180 votos a favor, 71 en contra y seis abstenciones, llega después de estar ocho meses arrinconada en el Parlamento y ha provocado el rechazo frontal de la Liga Norte y la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que la consideran el primer paso a favor de la eutanasia y el suicidio asistido.

La ley prevé que, según recoge la Constitución, ningún tratamiento sanitario pueda ser iniciado o continuado sin el consentimiento libre e informado de la persona interesada. Uno de los aspectos más polémicos que contempla la nueva normativa es la introducción de la Disposición Anticipada de Tratamiento (DAT), una suerte de testamento vital donde cualquier persona mayor de edad que esté en plenitud de sus facultades mentales, podrá expresar con anticipación a una eventual situación de incapacidad su voluntad respecto al tratamiento terapéutico a seguir. La DAT, que podrá ser revocable en cualquier momento, deberá ser redactada y certificada ante un notario o un médico del servicio sanitario público.

Además el paciente podrá rechazar determinados tratamientos cuando se encuentre en fase terminal, incluida la «nutrición e hidratación artificial». El médico por su parte estará obligado a aliviar el sufrimiento del enfermo y quedará «exento de responsabilidad civil o penal», según recoge la ley.

El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, ha asegurado que esta normativa es «un paso adelante para la dignidad de la persona». El gobernante Partido Democrático (PD) ha sido el encargado de impulsar esta normativa que responde a una solicitud histórica en Italia de las asociaciones en defensa de lo derechos civiles y del Partido Radical, y que probablemente sea una de las últimas leyes que aprobará el Parlamento italiano en esta legislatura ya que está prevista la convocatoria de elecciones generales en las próximas semanas.

La normativa ha recibido el apoyo del Movimiento 5 Estrellas, el Movimiento Democrático y Progresista -un partido que nació tras escindirse del PD– y otras formaciones de izquierdas. Forza Italia, que en el pasado fue muy beligerante contra la aprobación de iniciativas similares, ha dejado libertad de conciencia a sus parlamentarios mientras que la Liga Norte se ha opuesto firmemente a la ley por considerar que podría abrir las puertas al suicidio asistido.

Críticas de la Conferencia Episcopal

La normativa ha sido fuertemente criticada también por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) por considerar igualmente que abre un «preocupante» camino hacia la eutanasia. «Es una ley que se presenta como una gran conquista de libertad civil pero que limita fuertemente la libertad», ha dicho Massimo Angelelli, director de la Oficina Nacional para la pastoral de la salud. Las críticas de la CEI contrastan con las recientes afirmaciones del Papa Francisco que recientemente hizo un llamamiento para que la medicina evite el ensañamiento terapéutico. «No poner en práctica medios desproporcionados o suspender el uso equivale a evitar el ensañamiento terapéutico, es decir, a realizar una acción que tiene un significado ético completamente diferente de la eutanasia», dijo el Pontífice a los participantes en un congreso organizado en el Vaticano por la Pontificia Academia para la Vida.

La ley, que no tiene nada que ver con la eutanasia, llega en un momento particularmente delicado en el país. Mientras en Roma los asistentes a la votación en las tribunas de invitados lloraban de alegría, como Mina Walby, esposa de Piergiorgio Walby, que se convirtió en un símbolo de la lucha por el derecho a decidir de los enfermos terminales, y al que la Iglesia católica negó el funeral, en Milán se juzga al activista Marco Cappato por la muerte en Suiza de Fabiano Antoniani.

Marco Cappato, exponente del Partido Radical y presidente de la Fundación Luca Coscioni, es la persona que se encargó de acompañar hasta Suiza a Fabiano Antoniani, conocido en Italia como Dj Fabo, un milanés de 40 años que quedó tetrapléjico y ciego después de sufrir un grave accidente en 2014. Antoniani reivindicó durante sus últimos años el derecho a una muerte digna. Su agonía llegó a su fin el pasado mes de marzo en una clínica en Suiza. Cappato se autodenunció a la Fiscalía y ahora la Justicia italiana le juzga por presunta instigación al suicido. Una acusación que le podría costar hasta 12 años de cárcel.

«Alguna lágrima se nos ha escapado cuando hemos visto la pantalla del voto», ha dicho Emma Bonino, la histórica líder del Partido Radical y defensora de los derechos civiles, que ha asistido como invitada a la votación. Bonino ha recordado como hace más de diez años le tocó presidir, con algún insulto, «aquel insoportable debate sobre el caso de Eluana Englaro». «Cuánto tiempo y cuánto trabajo para llegar a una ley de humanidad», ha dicho emocionada.

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