La llegada del Papa, la presión del Ayuntamiento, el mes de agosto?
Lo cierto es que hacía tiempo que desde el Ayuntamiento de Madrid existían presiones sobre el Gobierno. Alberto Ruiz Gallardón, el alcalde, repetía a las autoridades policiales cada vez que podía que no quería tener permanentemente a los grupos de los indignados en zonas clave para la imagen de la ciudad como son la Puerta del Sol y el Paseo del Prado. Y entre los dos gobiernos se evaluó la situación y se llegó a la conclusión que éste era el momento de actuar.
Los que quedaban eran unas pocas decenas desgajadas del movimiento 15M
“La presencia de los que quedaban era testimonial –dicen en fuentes políticas a ELPLURAL.COM-. Apenas 50 o 60 en el Paseo del Prado y la mitad en Sol. Y además también pesaba que desde el propio movimiento 15M habían dicho en público que ellos se desvinculaban de los que permanecían acampados”. Esto es cierto; al abandonar la plaza corazón de Madrid, la gente del 15M habían proclamado que los que se quedaban lo hacían a título personal, y con el paso del tiempo se habían ido alejando aún más de un grupo que en general veían como puros antisistema.
Las autoridades políticas y policiales al realizar el cálculo de cuándo actuar pensaron, en consecuencia, que quienes iban a desalojar no eran ya sino un grupo marginal. Por otra parte, para Ayuntamiento y Ministerio del Interior, en la Puerta del Sol se estaba incumpliendo el acuerdo que se había alcanzado con el 15M al poner punto final a la ocupación de la plaza. En aquel momento se pactó la permanencia de un “punto de información”, pero, se nos apunta desde fuentes oficiales, “ese puesto de información comenzaba a ser un nuevo punto de acampada, con una treintena de personas que vivían en el sitio de manera permanente. Se iban añadiendo tiendas y tiendas… Se intentó negociar, pero no querían. Entonces se les hizo ver que no podían seguir allí indefinidamente”. Y llegó agosto, y la inminencia de la visita del Papa.
La convergencia de un Madrid vacío a punto de llenarse de seguidores del Papa
En fuentes tanto del gobierno central como de la ciudad se niega oficialmente la relación entre la visita del Papa y el desalojo. Pero confidencialmente se reconoce la relación directa entre desalojo y visita. “Los indignados ocupaban dos zonas clave en la visita –han dicho a ELPLURAL.COM- . Y es que lo que se espera es que con el Papa lleguen más de un millón de personas. Esa es mucha gente. Una exigencia de organización y seguridad que no permite improvisaciones ni dejar sueltos posibles cambios”.
Y agosto parecía el momento oportuno. “Madrid está vacío en estas semanas y puesto que en algún momento hay que actuar –han dicho a este periódico en fuentes policiales-, este pareció el mejor. No es lo mismo que corten el tráfico en Cibeles o en la Gran Vía en agosto, cuando no pasa gran cosa, o en septiembre o octubre, cuando te montan un lío que colapsa la ciudad y tiene gran repercusión sobre la vida diaria de la gente”.
Lo que no salió como se pensó
La operación no está saliendo, sin embargo, exactamente como gobierno de Madrid y central pensaban. Fuentes policiales han explicado a ELPLURAL.COM la actuación del primer día en la Puerta del Sol: “Es cierto que la imagen de la Puerta del Sol cortada al acceso, choca y enfada, pero si desalojas a los indignados, no haces nada después y los tienes de vuelta en unas horas, haces el ridículo. Es un tema complicado”. Lo cierto es que entre las autoridades no se esperaba que su actuación tuviera tanta repercusión.
Por un lado porque el 15M, aunque sin estridencias, ha mostrado apoyo a los desalojados. Por otro, por la actuación de los medios. Con enorme sorpresa, medios políticos se quejaban a ELPLURAL.COM de lo que califican, con ironía, de “desproporción de la actuación de los medios periodísticos”, cuando se ha buscado ser muy “proporcionado en el uso de los medios policiales”.
