Bangladés aprobó la construcción de centenares de mezquitas gracias a 1.000 millones de dólares procedentes de fondos saudíes, un proyecto que suscita preocupación sobre la expansión de un islam rigorista en este país del sureste asiático.
Las autoridades dieron esta semana su visto bueno a la edificación de 560 mezquitas, una en cada ciudad de este país de mayoría musulmana. El Gobierno de Sheij Hasina corteja así a los grupos islamistas antes de probables elecciones legislativas anticipadas.
Las mezquitas construidas con el dinero saudí, que tendrán salas de estudios, bibliotecas y centros culturales, serán un «modelo» para los fieles, declaró a la AFP Shamim Afzal, líder de la Fundación Islámica, una organización pública. «Es una idea perfecta para divulgar un verdadero conocimiento del islam», añadió.
La primera ministra, Sheij Hasina, aprovechó una visita a Arabia Saudí el año pasado para pedir fondos con los que financiar este proyecto de 1.070 millones de dólares, indicó este miércoles uno de sus ministros.
Pero los defensores de la laicidad y los miembros de las minorías (sufíes, hindúes…) observan esa iniciativa con recelo. Bangladés, donde prevaleció un islam moderado durante varias generaciones, se ha ido orientando en la última década hacia un islam cada vez más conservador.
«Las financiaciones saudíes son preocupantes. Podrían utilizar su dinero para promover el wahabismo -una corriente integrista mayoritaria en Arabia Saudita- a través de esas mezquitas», declaró a la AFP Rezaul Haq Chandpuri, miembro de una federación de musulmanes sufíes.
Para el célebre defensor de la laicidad Shahriar Kabir, el Gobierno podría aprovechar este proyecto para vigilar mejor la emergencia del extremismo en las mezquitas de este país de 160 millones de habitantes. Daca apenas controla unas pocas de las 30.000 mezquitas de Bangladés.
El país asiático ha asistido en los últimos años al auge de la violencia yihadista, responsable de numerosos ataques contra ateos, minorías religiosas y extranjeros.
Tras un periodo de calma relativa desde el atentado que dejó 22 muertos el año pasado en un café de Daca, Bangladés afrontó una nueva serie de ataques en marzo. Sus fuerzas de seguridad han emprendido una amplia operación de represión contra los grupos armados.
El Gobierno de Hasina hizo este mes otra importante concesión a los grupos islamistas, al anunciar que reconocería los diplomas emitidos por las escuelas coránicas, abriendo así el acceso a los empleos públicos a los estudiantes religiosos.