El equipo de gobierno de Langreo aspira a dejar en perfecto estado la talla antes de ratificar su cesión al centro asistencial de Ciaño
La imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, ha vuelto a cambiar de ubicación. Eso sí, de forma temporal. Durante unos días, la talla ha permanecido en el taller de un restaurador para someterla a pequeñas reparaciones con el objetivo de asegurar su perfecta conservación.
Unas labores que han sido asumidas y abonadas por el Ayuntamiento de Langreo como propietario de la imagen. Estos trabajos se han centrado principalmente en restaurar el manto de la imagen además de aplicar cuidados a la talla en general y han supuesto un gasto aproximado de 2.000 euros.
El equipo de gobierno langreano quiere así asegurar -antes de cederla de forma definitiva a la residencia de personas mayores de Ciaño, gestionada por Mensajeros de la Paz- que la talla está en perfectas condiciones de conservación y mantenimiento, con vistas a que pueda perdurar durante años en su nueva ubicación.
Y es que la talla estuvo encerrada en una hornacina de cristal, en la entrada del Consistorio langreano, desde 1958 hasta finales del pasado mes de septiembre, cuando se trasladó cedida provisionalmente al citado asilo, en cuya capilla ya se encuentra de nuevo. Una cesión que vino motivada por la adhesión del concejo a la Red de Municipios Laicos, decisión adoptada en sesión plenaria.
Proceso judicial
La ubicación definitiva de la imagen, no obstante, está pendiente de una decisión judicial. Aunque el equipo de gobierno ultima la redacción del documento de cesión para que permanezca en la capilla del asilo de Ciaño, la Asociación de Fiestas Virgen del Carbayu tiene otros planes. Y ha trasladado su reclamación a los juzgados para que la talla regrese al edificio consistorial. Este colectivo mantiene que esta figura es un Bien Patrimonial e Histórico y que nunca debió abandonar su hornacina en las dependencias municipales.
A finales del mes de enero se presentó una demanda contra el acuerdo plenario del Ayuntamiento que acordó su retirada, llevada a efecto a finales de septiembre. Su petición es clara: que la Virgen regrese al Consistorio. Previsiblemente, el regidor, Jesús Sánchez, si sigue adelante el proceso judicial, tendrá incluso que declarar ante el juez. En la moción que originó esta polémica se decía que «no existirá simbología religiosa en dependencias municipales, salvo aquella que signifique un bien patrimonial e histórico especialmente contrastado». Es a esta excepción a la que se aferran quienes quieren que la imagen vuelva al Consistorio.
«Hay dos fichas que aclaran que tanto la talla, por un lado, como la corona de la Virgen, por otro, son patrimonio histórico», sostienen en la sociedad de festejos.