El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha hecho hoy pública la existencia de un supuesto nuevo caso deabusos sexuales cometidos en 1994 por el ex vicario general de Gipuzkoa Juan Kruz Mendizabal, que ya ha sido condenado por realizar «tocamientos deshonestos» a otros dos menores en 2001 y 2005. El prelado, que ha dictado un decreto que confina al sacerdote en un monasterio, ha realizado un llamamiento «vehemente» para que «afloren cualquier tipo de abusos sexuales contra menores» en el seno de la Iglesia.
Munilla ha comparecido este jueves en San Sebastián para comunicar que el Obispado ha recibido esta mañana una nueva denuncia contra Mendizabal por unos hechos «similares» por los que este presbítero fue juzgado y condenado por la Iglesia en 2016 tras declararse culpable de las acusaciones que recibió de dos menores que hoy tienen «más de 30 años».
El nuevo denunciante ha trasladado en persona al obispo los hechos que supuestamente acontecieron en 1994 «con una serie de detalles que les otorga un alto grado de verosimilitud». Esta persona ha manifestado su deseo de presentar su caso tanto en los tribunales civiles como ante la justicia eclesial, por lo que Munilla ha puesto esta mañana los hechos en conocimiento del fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro.
La Fiscalía de Gipuzkoa ha abierto de oficio una investigación sobre los abusos sexuales cometidos por el exvicario contra los dos menores que sufrieron «tocamientos deshonestos» en 2001 y 2005, y anunciado que averiguará si existe una tercera víctima que no ha presentado una denuncia. A estos casos se unirá ahora el del denunciante que esta mañana ha declarado haber recibido abusos del exvicario en 1994.
Mendizabal se encuentra apartado de sus funciones eclesiales desde marzo de 2016, poco después de que la Diócesis guipuzcoana recibiese la denuncia de dos personas que sufrieron abusos sexuales cuando eran menores en 2001 y 2005. Pese a que Munilla invitó a estas personas que recurrieran ante los tribunales civiles, finalmente declinaron esta vía y optaron por denunciarlo únicamente ante la Iglesia. El procedimiento canónico contra Mendizabal se llevó a cabo entre los meses de marzo a julio del año pasado.
Ante la dimensión que está tomando el caso de Mendizabal, el obispo donostiarra ha aprobado hoy un decreto con una serie de «medidas preventivas» que afectan al sacerdote implicado en estos hechos. Mendizabal no podrá ejercer el ministerio sacerdotal y está obligado a residir en un monasterio, del que solo podrá salir con el permiso de Munilla. Deberá continuar con su terapia psicológica y espiritual, y tiene prohibido «todo contacto con menores si no es en presencia de otro adulto», ha comunicado el obispo.
Munilla ha considerado que lo acontecido «es una gran oportunidad» para que salgan a la luz todos los abusos sexuales contra menores que se hayan podido dar en el seno de la Iglesia. «La verdad es buena para todos», ha enfatizado.
«Sería grandemente beneficioso para todos: para las víctimas, porque les ayuda a sanar; para los agresores, porque desenmascara a mentira de su vida; para la Iglesia, porque requiere de nosotros una profunda revisión, y para el conjunto de la sociedad, porque estamos ante un problema del que no está exento nadie», ha añadido el prelado.
El obispo ha concluido manifestando su «más firme y enérgica condena de toda forma de abuso sexual de menores, mayormente si dicho abuso es cometido por un sacerdote». «Pido perdón en nombre de la Iglesia a las víctimas y familiares por el daño que han sufrido en nuestro seno», ha sentenciado.