Será la séptima ocasión en que Michelle Bachelet llegue como Presidenta de la República al Te Deum Ecuménico que todos los años se celebra para Fiestas Patrias, considerando tanto su primer mandato (2006-2010) como su actual administración. Hoy, a partir de las 11 horas, la mandataria asistirá a la ceremonia de acción de gracias que será presidida por el cardenal arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati.
Los orígenes del Te Deum se remontan a 205 años atrás. En 1811, José Miguel Carrera solicitó a las autoridades la Iglesia Católica una misa de acción de gracias por el aniversario de la Primera Junta de Gobierno. Desde 1971, el Te Deum pasó a tener carácter ecuménico, tras un acuerdo entre el presidente Salvador Allende y el cardenal Raúl Silva Henríquez.
Al igual como ha ocurrido en la mayoría de los años previos, Bachelet acudirá a la Catedral Metropolitana luego de sacarse una foto en La Moneda con todo su equipo de ministros, ritual que cumplió cerca de las 10:15 horas. Esta vez, ingresará al recinto religioso por primera vez en compañía de Mario Fernández, ministro del Interior, y quien tomará el lugar que Jorge Burgos ocupó el año pasado.
Dicha ceremonia tuvo un carácter distinto al de este año. El Te Deum de 2015 se realizó en un marco de sobriedad por el terremoto de 8,4 grados Richter que afectó a la región de Coquimbo apenas dos días antes de la ceremonia. Por ello, no hubo honores militares y la presidenta no hizo el tránsito desde La Moneda en el tradicional Ford Galaxy que suele marcar las actividades en estas fechas.
El arzobispo en la homilía señaló que “deseamos pensiones dignas para los jubilados, acogida e integración para los numerosos inmigrantes y trato justo y fraterno para los pueblos originarios de nuestro país. Aspiramos a que la violencia sea enfrentada y derrotada con clarividencia y honestidad, buscamos una praxis política y empresarial libre de corrupción y, desde lo más profundo de nuestra conciencia de hombres y mujeres que buscan unir fe y razón, esperamos que crezca el debido reconocimiento yrespeto al derecho a la vida, desde la concepción a la muerte natural“.
Más adelante, indicó que “la historia de nuestra nación, como la de la Biblia, nos ofrece poderosos estímulos para la esperanza. Nuestras calles, plazas y ciudades han sido testigos de la generosidad de tantos hermanos que, a lo largo de momentos clave, han optado por el bien común y han contribuido a construir un país de hermanos”.
“Desde lo más profundo de nuestra conciencia de hombres y mujeres que buscan unir fe y razón, esperamos que crezca el debido reconocimiento y respeto al derecho a la vida, desde la concepción a la muerte natural”, afirmó Ezzati.