La campaña desatada por la prensa turca pro-gobierno contraFethullah Gülen – el predicador islámico turco expatriado en los Estados Unidos y que en Turquía es señalado como el instigador del fallido golpe de Estado del 15 de julio – continúa a lanzar acusaciones sin fundamento en las que se indica a Gülen y a su movimiento Hizmet como «caballos de troya del Vaticano», dedicados a construir conspiraciones sin sentido.
En la última semana, los periódicos turcos nacionalistas como Sabah han relanzado las teorías del periodista Agil Alesenger en el pamphlet Sessiz Isgal (Invasión Silenciosa) según el cual, el movimiento Hizmet era parte de un diseño de «infiltración» en el mundo islámico llevado a cabo por el Vaticano a través del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso.
Como «prueba» de tales teorías el periodista presenta los elogios que Gülen ha realizado hacia la figura del Papa, y algunas frases extrapoladas de declaraciones de Juan Pablo II, en las que el tercer milenio era visto por el Papa como «la era de la difusión del Evangelio en Asia».
A principios de agosto, según una fantasía aún mayor, el periodista Mine Kirikkanat, en el periódico Cumhuriyet ha llegado a insinuar que Fethullah Gulen (imaginado por el articulista como Imam leal a la Iglesia),podría ser el cardenal creado «in pectore»por el Papa polaco fallecido el 2 de abril de 2005, y que nunca llegó a hacer público.
Incluso el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla continúa a verse llamado en causa en la campaña anti-gulenista puesto en marcha por la prensa turca nacionalista. El pasado 7 de septiembre, el periódico Yeni Safak subrayó enfáticamente la atención y la simpatía con la que la agencia Cihan, cercana al movimiento de Gülen Fetullah, ha seguido en el pasado las vicisitudes de la Escuela Teológica de Halki, donde desde hace 45 años las autoridades turcas impiden cualquier tipo de formación teológica.