La procesión fue el culmen de la jornada. Esta se abrió con las ofrendas florales ofrecidas a la Patrona de la diócesis de Málaga por el Ayuntamiento de la ciudad, la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y la Subdelegación del Gobierno. Esas flores se utilizaron luego para el exorno del trono. La representación de la Corporación municipal, encabezada por su alcalde, Francisco de la Torre, hizo entrega de una canastilla de azucenas victorianas. La comitiva de la Diputación la encabezó su presidente, Elías Bendodo. No faltó tampoco el subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones. La Junta estuvo representada por la delegada provincial de Cultura y Turismo, Monsalud Bautista. Las autoridades fueron recibidas por Francisco Toledo.
La misa estacional la presidió el obispo de Málaga, Jesús Catalá, que estuvo acompañado por varios sacerdotes. El prelado, en las palabras que pronunció, exhortó a los malagueños a fomentar el culto y la devoción a la Virgen de la Victoria. En la parte musical actuó la coral Santa María de la Victoria. Entre las piezas interpretadas se escuchó la ‘Malagueña’ del maestro Lecuona con una letra dedicada a Santa María de la Victoria.
A la finalización de la celebración religiosa, y organizada por la Asociación pro Tradiciones Malagueñas La Coracha, hubo una ofrenda floral a la Virgen en la fachada principal del atrio de la Catedral. A la misma acudieron, entre otros, el obispo, el alcalde de Málaga; el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, y el presidente de la Agrupación de Hermandades de Gloria, Juan Antonio Nieto, así como representantes de distintos colectivos de la ciudad. Por parte de La Coracha intervino Antonio Mateo, que ejerció de maestro de ceremonias. También actuaron coros y grupos de baile. Miembros de la Asociación Histórico-Cultural Teodoro Reding, dirigidos por su presidente, Jon Valera, vestidos con trajes de época, dispararon una salva en honor de la Patrona de Málaga.
A las siete y media de la tarde se puso en marcha el cortejo procesional de Santa María de la Victoria en la vuelta a su barrio. La imagen de la Patrona salió de la Catedral a las 20.05 horas. Una gran petalada recibió a la Virgen en el Patio de los Naranjos. El trono fue portado por 170 hombres. De mayordomos ejercieron Juan Fernández y Daniel González. El cortejo lo abrieron tres policías municipales a caballo. En la cabeza de la procesión fue la banda de cornetas y tambores de Bomberos tras una cruz alzada escoltada por dos faroles.
En la procesión participaron representantes de las peñas y las hermandades de gloria y de pasión, tanto agrupadas como no agrupadas. Entre las cofradías del Lunes y del Martes Santos fue la banda de cornetas y tambores de Santa María de la Victoria; la Banda Municipal de Música lo hizo tras las hermandades del Viernes Santo. En el cortejo figuraron diversos colectivos, como los de la Universidad, el Colegio de Médicos, la Agrupación de Cofradías , la Agrupación de Hermandades de Gloria y autoridades militares, entre otros.
La comitiva del Ayuntamiento de Málaga la encabezó el alcalde, mientras que al frente de la Diputación estuvo su presidente. El pendón de la ciudad lo portó el concejal socialista José Carlos Durán, que es el edil más joven de la Corporación (tiene 29 años). Delante del trono de la Patrona fue la junta de gobierno de Santa María de la Victoria. Detrás de la Virgen estuvo el obispo de la diócesis de Málaga. Tras el trono interpretó marchas procesionales la banda de música de la Expiración, que tocó la ‘Salve’ cuando la imagen llegó a la confluencia entre Larios y la Bolsa, donde la Virgen fue saludada por miembros de la Hermandad del Carmen de Huelin con sus remos.
La Patrona, una vez que las autoridades abandonaron la procesión en la plaza del Obispo, recibió una gran petalada desde la torre de la Catedral. Previamente, se tocó ‘Encarnación Coronada’ y el himno nacional. En la calle Císter hubo otras dos petaladas.