Después de cuatro sesiones legislativas de protagonizar desacuerdos en el pleno del Congreso, en esta sesión legislativa PAN y PRI se unieron para sacar la reforma antiaborto, enviada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
En medio de gritos como “estado laico”, “tú mamá dijo sí por eso estás aquí”, “en mi cuerpo yo decido”, entre otras, se aprobó con 34 votos a favor, 9 en contra de los diputados Ana María Condado Escamilla, Marco Antonio del Ángel Arroyo, Jacqueline García Hernández, Francisco Garrido Sánchez, Cuauhtémoc Pola Estrada, Mónica Robles Barajas, Eduardo Sánchez Macías, Jesús Vázquez González y Jesús Alberto Velázquez Flores, así como una abstención de Juan Cruz Elvira, la reforma al artículo 4 constitucional, que protege la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
De esta manera, el referido apartado contará a partir de ahora con un nuevo párrafo, en el que textualmente se señala que, “el Estado garantizará el Derecho a la vida del ser humano, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, como valor primordial que sustenta el ejercicio de los demás derechos; salvo las excepciones previstas en las leyes”.
Con la mayoría de los integrantes de los Partidos Revolucionario Institucional (PRI), del Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) y la totalidad de los panistas, se dio luz verde a la modificación de la Carta Magna estatal, mientras que en el hemiciclo parlamentario y durante el minuto de votación electrónica, sonaban voces que referían la “inconstitucionalidad” del cambio y arremetían contra los priistas, advirtiéndoles que ya se van.
Cabe destacar que originalmente, la diputada priista Gabriela Arango Gibb, se había abstenido, con lo cual el número de votos a favor se situaba en 33, requiriéndose uno más para completar la mayoría calificada. Esto hizo que segundos después cambiara su votación a favor, llegando así a los 34 para dar por aprobada la iniciativa.
Al término de la votación, grupos religiosos y feligreses católicos aplaudieron la decisión de la Sexagésima Tercera Legislatura, coreando frases que indicaban que “sí se pudo”. Al concluir la discusión abandonaron el recinto, volviendo la calma y tranquilidad.
Previamente a la votación, el debate entre diputados se dividió, con un recinto lleno de mujeres de organizaciones feministas y de católicos y monjas. Todos con sus respectivas pancartas, lonas y cartulinas.
La primera intervención de la diputada Mónica Robles Barajas, fue contra el dictamen, al señalar que de ser aprobada se estaría violentando la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como los tratados Internacionales que ha signado México.
“No debemos legislar en base a ideologías o posiciones personales”, enfatizó.
Recordó que en el transcurso de los meses posteriores a su aprobación en primera vuelta “hemos sido testigos del cuestionamiento social a esta reforma constitucional, dicho cuestionamiento no solo proviene de la sociedad civil del estado, que es sin duda la que más debería importarnos, sino incluso de voces nacionales e internacionales de las que han dado cuenta los medios de comunicación”.
Desde el punto de vista estrictamente jurídico, dijo, la reforma propuesta al artículo 4 de la Constitución Local, determina como valor primordial el derecho de la vida como condición que sustenta todos los demás derechos, sin embargo, dicha propuesta desconoce los principios de universalidad, interdependencia e indivisibilidad, en virtud de los cuales no existe jerarquía entre derechos humanos, por lo cual una protección absoluta de un derecho no es posible si ello implica la negación del ejercicio de otro.
En este caso, agregó, el derecho de las niñas y mujeres a una salud sexual y reproductiva plenas, así como a decidir libremente el número y espaciamiento de sus hijos, ambos derechos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En la exposición de motivos de la iniciativa se determina a la concepción como el elemento fundamental donde debiese comenzar la protección de la vida, sin embargo “la protección de la vida desde la fecundación contraviene la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, del 2012, que consideró que la concepción debe ser entendida como implantación, y que el embrión no es persona, supuesto básico necesario para hablar de titularidad de derechos humanos”.
“Se ha dicho, y así es como se planteó y convenció a un gran número de personas incluyendo a sacerdotes que de manera genuina han apoyado esta reforma, que esta es una iniciativa a favor de la vida, que lo que busca es proteger la vida en contra de la violencia en todas sus manifestaciones que desafortunadamente es una lamentable realidad hoy en nuestro estado y que no pretende ninguna implicación en cuanto al delito de aborto, y mucho menos que pretenda criminalizar a las mujeres que por distintas razones deciden o requieren interrumpir un embarazo”.
Acusó que la iglesia católica da muestras de hostigamiento aun cuando paradójicamente dicen buscar la paz social y en realidad lo que generan son distintas formas de discriminación y violencia contra las mujeres.
Dijo que la presencia de mujeres religiosas en el recinto legislativo, no fue otra cosa más que la violación del estado laico.
Por su parte, el panista Edgar Hugo Fernández Bernal se ganó el aplauso de los católicos cuando dijo “no tengo útero pero provengo de uno” y con ello dejó en claro que el grupo legislativo del Partido Acción Nacional votaría a favor de la iniciativa.
“Ninguna ideología, ni régimen político deben estar por encima del ser humano violentando sus derechos. Todo lo contrario, la persona humana es protagonista principal y destinataria definitiva de la acción política”, dijo.
Aseguró que el PAN no quiere engañar a los ciudadanos “dando una posición hoy y desdiciéndonos al día siguiente. En el PAN tenemos clara nuestra postura a favor de la vida”.
En el PAN defendemos firmemente el Estado Laico, dijo, el cual garantiza la separación Estado-Iglesia y la convivencia de distintas religiones y expresiones culturales.
“Pero sostenemos que Estado Laico no significa la imposición de una ideología contraria a la vida, ni la negación de la libertad de pensamiento y expresión.
“Tenemos claro que se requieren políticas públicas de educación sexual integral, con participación de los padres de familia, que eduquen en una libertad responsable y que prevenga embarazos no planeados”
En tanto, la diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Ana María Condado Escamilla, reiteró que las veracruzanas tienen el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, por lo que la reforma al Artículo 4 Constitucional, estaría criminalizándolas, si deciden interrumpir su embarazo.
Arremetió contra la Iglesia Católica, principal promovente de la iniciativa para proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural, pues indicó que sus dogmas son incongruentes.
“Utilizan a las mujeres para evangelizar, pero cuando se trata de reconocer sus derechos, la Iglesia las discriminan”, afirmó.
Condado Escamilla dijo que esta religión utiliza un lenguaje agresivo y denigrante hacia las féminas en sus declaraciones, “al grado que han dicho que nos quitarán el alma”.
Criticó que no se les permita a las mujeres desempeñar el sacerdocio, cuando es el público mayoritario que asiste a los templos católicos, “y son las primeras en transmitir el mensaje de fe”.
“No queremos un Iglesia que nos condene, que nos quite el alma. El aborto legal, es un problema de las mujeres que el Estado Laico debe garantizar sin restricciones de principios religiosos”, precisó en su intervención durante la discusión.
Apelando a la profesión de médico que ha desempeñado, aunque sea oftalmólogo, el diputado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rafael García Bringas, afirmó que al aceptar el juramento hipocrático, se comprometió a proteger la vida.
“En calidad de médico vengo a dar un sí a la vida, no puedo permitir quebrantar el juramento por el cual me di para ser un servidor a la vida y la vida comienza con la concepción y termina con la muerte”, manifestó en su intervención.
En medio de reclamos de los grupos defensores de los derechos de las mujeres, el legislador preguntó quién defiende los derechos del ser que está en gestación, si éste por sí mismo no puede. “Hoy estoy seguro que si el pudiera, querría vivir”, manifestó.
García Bringas afirmó que al tener vida, el ser “derrochará amor, estoy aquí para cumplir un compromiso como médico y como ser humano” y acotó que está de acuerdo en el abortó, sólo en los casos previstos en la ley, es decir, cuando la vida de la madre esté en riesgo, cuando se producto de una violación y cuando se demuestre clínicamente que viene con malformaciones.
Otros diputados que subieron al estrado a fijar su posición en contra de la iniciativa, fueron Jesús Vásquez González, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Marco Antonio del Ángel del PRI; mientras que Octavio Pérez Garay, Gladys Merlín Castro y Ciro Gonzalo Félix Porras, también del tricolor, lo hicieron a favor.