El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares y los obispos de Orihuela-Alicante, Mallorca, Segorbe-Castellón e Ibiza han recomendado a los fieles que voten este domingo a «las fuerzas políticas que sean más favorables para la vida moral y justa» de la sociedad española y no a quienes defienden «el totalitarismo, el pensamiento único o el laicismo excluyente».
En el comunicado, rubricado además por los obispos de Orihuela-Alicante, Mallorca, Segorbe-Castellón e Ibiza y distribuido por el Arzobispado, Cañizares insiste en que no se puede elegir a cualquiera a la hora de depositar el voto: «No da lo mismo uno que otro. No nos podemos contentar con el mal menor, sino que habrá que intentar conseguir el bien posible».
El arzobispo de Valencia ha protagonizado desde su llegada al cargo varias polémicas por sus pronunciamientos sobre los refugiados, y más recientemente, sobre las leyes que el Gobierno valenciano, compuesto por socialistas y Compromís, preparan para el reconocimiento del colectivo transexual, por ejemplo. Cañizares se opone a ellas e incluso en alguna de sus intervenciones públicas ha llamado a los fieles a no acatarlas. La polémica ha terminado con una denuncia presentada por colectivos LGTB ante la fiscalía de Valencia contra el religioso por alentar supuestamente conductas que generan odio.
«Son muchos los cristianos que nos han pedido a los obispos que, como sus pastores, les ofrezcamos alguna orientación ante la excepcional importancia del momento que vivimos. Y así lo hacemos en virtud de nuestra responsabilidad» aunque «nunca para orientarles sobre a qué grupo político concreto deben votar, puesto que la fe cristiana no es una ideología política ni puede ser identificada con ninguna de ellas», señala el escrito.
La nota prosigue: «Nunca determinará quiénes deben gobernarnos, pero sí debe proyectar la palabra de Dios sobre la sociedad cuando se trata de promover los derechos humanos, y la justicia, con la firme voluntad de que nosotros como hombres de Iglesia y el próximo Gobierno acertemos en las relaciones que respeten la mutua autonomía y libertad, estableciendo la colaboración constante en beneficio de todos».
Por ello, muestran su apoyo «a quienes favorezcan el desarrollo de la persona y apoyen el reconocimiento efectivo de los derechos fundamentales de todas las personas y de todos los ciudadanos».
Entre ellos destacan «el derecho a la vida desde su concepción hasta su muerte natural, la dignidad de toda persona, sus derechos inherentes e inalienables», así como «el derecho a la libertad religiosa personal y comunitaria y a la objeción de conciencia».
También defienden «el derecho a la educación y el derecho prioritario de los padres a educar a sus hijos y de hacerlo conforme a sus convicciones religiosas y morales, la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a elegir el centro que deseen para sus hijos, y el derecho de que estos reciban la formación y religiosas que desean para sus hijos».
«No podemos apoyar el establecimiento de ningún tipo de totalitarismo, de pensamiento único o de laicismo excluyente. Nuestro voto ha de ayudar a quienes de verdad y efectivamente trabajen por el bien común, por la justicia social y por la desaparición de desigualdades».
«Habrá que elegir las fuerzas políticas que sean más favorables para la vida moral y justa de nuestra sociedad al servicio siempre del bien común de todos: personas, grupos y familias», concluye el escrito.