Hace tres años que la Alcaldía de Cúcuta convirtió en centros públicos varios colegios de la ciudad de origen religioso, aunque siguen administrados por las mismas congregaciones religiosas de origen. Este es el caso de la Escuela Normal Superior María Auxiliadora que sigue siendo administrado por la comunidad de Hermanas Salesianas.
Anclada a un andén frente a la Escuela Normal Superior María Auxiliadora —sede primaria— estuvo este jueves Alicia Cárdenas, madre de Nicol García, quien se queja porque a su hija no le permiten profesar su religión en la escuela.
Portando una pancarta y con la boca cerrada, la mujer hizo una simbólica protesta contra maestros y directivos de la institución, porque considera que a su hija le violan su derecho constitucional de la libertad de culto.
Cárdenas asegura que su hija es víctima de irrespeto en el colegio, además de que es objeto de exclusión, y que recibe malos tratos de su maestra.
Según comentó, la religión a la que pertenece es la protestante, cosa que no ha caído muy bien en su colegio, que dice profesar el catolicismo.
La Escuela Normal Superior María Auxiliadora es administrado por la comunidad de Hermanas Salesianas, quienes han estado en Cúcuta ofreciendo educación religiosa desde la década de los años 30.
Según comenta Cárdenas, a pesar de ser una excelente alumna, a su hija no se le destaca por su liderazgo y buen comportamiento, sino que se le señala de hacer proselitismo religioso. Por ejemplo, la niña dice que la Virgen no fue virgen y que las demás niñas no debieran creer en el Espíritu Santo.
Esta situación, dice la madre, se da porque ha tenido inconvenientes personalmente con una maestra con quien ha discutido, porque da malos tratos a las demás estudiantes.
Frente a los malos tratos la coordinadora de la escuela, madre Martha Nelly Zuluaga, dice que no ha sido cierto y que contrario a ello, la maestra ha intentado reunirse con la madre y ella no ha querido.
“La señora se saltó todos los conductos regulares, porque si no se entendía con la maestra, debió hablar conmigo, y si no con la rectora, y después con la secretaría de Educación, pero ya se fue a los medios de comunicación”, señaló.
La monja dice que desde que llegó hace tres años a administrar la escuela sabe de la señora Cárdenas, porque ha discutido hasta con el profesor de educación física.
Sobre el tema del proselitismo, la rectora indicó que no sabía que la niña era evangélica, pero lo que no acepta es que la niña ofenda el catolicismo diciendo a otras estudiantes que no crean en lo que profesa el colegio, causándoles dudas a las demás niñas.
Sonia Murillo, la maestra de la niña, dijo que la estudiante es muy buena, pero que es indisciplinada cuando hay actividades que tienen que ver con la oración. La secretaría de Educación estudia el caso.
La educación es un derecho, sin importar la religión: Ministerio de Educación
Aunque para muchos fuera cosa menor el caso denunciado por Alicia Cárdenas, madre de Nicol García, quien se queja porque a su hija no le permiten profesar su religión en la Escuela Normal Superior María Auxiliadora —sede primaria— el Ministerio de Educación le dio toda la importancia.
El máximo rector de la educación conceptuó que la Constitución Nacional consagra la libertad de cultos y define que Colombia es un Estado laico y que en ese sentido toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión.
Además explicó que los colegios deben impartir educación garantizando que en todas las políticas institucionales, los ambientes de aprendizaje en el currículo y en los manuales de convivencia la religión, independientemente de cual haya, sea respetada y no sea una razón para el hostigamiento o segregación en los colegios.
Olga Lucía Zárate Mantilla Coordinadora de Programas Transversales Competencias Ciudadana del ministerio, dijo que “es pertinente recordar a las instituciones oficiales y privadas que la educación es un derecho y un servicio público, por lo cual a los niños y adolescentes, sin importar su orientación sexual o identidad de género, se les debe brindar las mismas oportunidades de acceso, cobertura y calidad en procura de garantizar sus derechos fundamentales consagrados en la Constitución Nacional.
El alcalde César Rojas dijo que este caso es una llamada de alarma para que se revisen todos los manuales de convivencia de los 5 colegios concesionados a sociedades religiosas.
Para Enrique Pertuz, de la Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos, como la Iglesia Católica inculca en los colegios que administra sus creencias, los estudiantes también divergen de esas ideas y tienen sus propias interpretaciones en la religión.
Pertuz dijo que eso hace parte del discenso normal que hay en una escuela y consideró que a Nicol se le está violando el derecho a la libertad de expresión y de culto.
El defensor de los derechos humanos dijo que la niña puede impartir su creencia a los demás, más cuando es un colegio público, donde se supone que es el lugar para debatir.
La Opinión consultó a la rectora del colegio Ebenezer, Elizabeth Márquez, una entidad privada de la comunidad protestante-evangélica, quien dijo que la religión de cada cual es altamente respetable, pero “si el estudiante pertenece al colegio Ebenezer no puede promulgar sus propias creencias”.
