El enfrentamiento dialéctico se encarnizó en el debate sobre una propuesta de EU para que Quartell se uniera a la red de ayuntamientos por un Estado laico. El portavoz de la coalición de izquierdas, Vicent Arlandis, defendió la moción, que reclamaba, entre otras cosas, que «ninguna confesión religiosa reciba un trato de favor respecto de bienes patrimoniales o exenciones del IBI».
Frente a esta reclamación, el portavoz popular acusó a EU de «totalitario y poco respetuoso con el 90 % de la población de Quartell, que es católico». Villalba añadió sobre la moción que «refleja el desconocimiento en la diferencia entre laicidad y laicismo», al tiempo que «aúpa el odio contra el catolicismo». El concejal del PP acusó a EU de «tirar por tierra» los derechos humanos», antes de añadir que «¿queréis expropiar el cementerio, que es de la iglesia? ¿Quitarnos la fiesta de Santa Ana o la procesión de la Virgen? Aquí nadie se ha quedado sin enterrar o sin casar. Vosotros, que os declaráis garantes de las libertades, queréis imponer vuestra doctrina: el totalitarismo. Quartell no es ni Cuba, ni China, ni Corea del Norte», concluyó.
Participación en procesiones
Arlandis, por su parte, aclaró su posicionamiento a favor de la libertad: «Nadie habla de prohibir. La moción vela por la igualdad entre los ciudadanos. Yo no quiero expropiar nada, sencillamente planteo la necesidad de avanzar hacia un Estado que respete todas las sensibilidades y creencias. No vengo a prohibir ninguna procesión». Los ediles del PP, mientras, defendieron su derecho a participar en procesiones en representación de sus votantes.
Quartell pel canvi no entró en la discusión, se posicionó en la aconfesionalidad del Estado y se abstuvo en la votación, lo que permitió que se rechazara con los cuatro noes de los populares.