Lama al Suleiman y Rasha Hefzi, en la ciudad de Yedá, defendieron su derecho a sentarse en la misma mesa que los hombres durante las reuniones municipales.
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos señalan a Arabia Saudí como uno de los países que más coarta la libertad de las mujeres.
Un experto legal ha aclarado que no existe ninguna ley que lo prohíba.
Dos mujeres elegidas como concejalas en la ciudad saudí de Yedá han recibido amenazas de muerte por pretender sentarse en la misma mesa que los hombres durante las reuniones municipales, en un ejemplo del machismo imperante en la política y la sociedad de Arabia Saudí.
Más de 20 mujeres lograron un escaño en los históricos comicios municipales de 2015, por primera vez abiertas a ambos sexos. Sin embargo, el sistema no ha terminado de adaptarse a la novedad y la discriminación sigue siendo palpable.
Lama al Suleiman y Rasha Hefzi, elegidas en Yedá, se negaron a quedarse detrás de un cristal opaco durante una reunión convocada el pasado 6 de enero. Defendieron su derecho a sentarse en la misma mesa que sus compañeros hombres, frente a las críticas de algunos de los presentes.
El director general de Asuntos de los Consejos Municipales, Judai al Qahtani, ya advirtió en diciembre de que las mujeres nunca se sentarían cara a cara frente a los hombres, pero fuentes locales se han desmarcado de las críticas a Al Suleiman y Hefzi. En este sentido, han atribuido las amenazas a extremistas y han defendido el derecho de ambas mujeres a asistir a las reuniones, según una información recogida por el portal de noticias ‘Arab News’.
Un experto legal, Ehab al Suleiman, ha aclarado que no existe ninguna ley que prohíba a las mujeres sentarse en la misma mesa que los hombres y, en cambio, quienes hayan proferido las amenazas sí podrían ser detenidos y procesados ante la Justicia.
Segregación estricta
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos señalan a Arabia Saudí como uno de los países que más coarta la libertad de las mujeres, algo que queda patente en cuestiones básicas de identidad y registro y también prácticas, como la prohibición de conducir.
Durante la campaña para las recientes elecciones, las autoridades impusieron una segregación estricta según la cual los candidatos teníen prohibido dirigirse a personas del sexo opuesto sin la mediación de un portavoz. La medida limita sobre todo a las mujeres, ya que la mayoría de los votantes registrados son hombres.