Si en los eventos evangelísticos donde también se promueve la sanidad, asisten una gran cantidad de personas, en Polonia se está haciendo lo mismo sólo que son exorcismos en masas lo que está atrayendo a miles de personas.
Según la Agencia Globo, estos eventos atraen más gente que los partidos de fútbol que tienen lugar en los mismos espacios.
Prueba de ello fue la multitud que estuvo recientemente en el Estadio Nacional de Varsovia para acompañar una sesión de exorcismo en masa.
Para Grzegorz Bacik, asistente de exorcismo en Cracovia, la gente está buscando la liberación, ya que están siendo víctimas del diablo. “La gente comenzaron a procurar más el exorcismo porque son víctimas del demonio”, dijo.
Cada diócesis tiene unos tres exorcistas y están explorando este asunto en Europa hace tres años por lo que han mantenido una publicación que sólo habla de eso, la revista “Exorcismo”, que entrevistó a Bacik.
En la edición de este mes, la revista entrevistó al sacerdote Andrej Kowalcyk, exorcista en la ciudad portuaria de Gdansk, y aconseja que el uso de este objeto es como un “arma” no sólo para echar fuera demonios, sino en contra de los partidos políticos que fueron tomados por Satanás”.
La Iglesia Católica reconoce que a través del Papa Francisco, el trabajo de la Asociación Mundial de Exorcismo ha estimulado a las iglesias en Europa a ampliar sus programas de liberación.
En el Estadio de Varsovia más de 58 000 personas asistieron al evento “Jesús en el estadio”, que contó con la participación del experto en demonología John Baptist Bashobora, Uganda, quien llevó a cabo una serie de rituales de exorcismo durante el evento.
No sólo en Polonia, sino en otros países europeos la demanda de exorcismo ha crecido, algunos afirman que esto se debe a la escasa oferta de tratamiento psiquiátrico.
“La gente piensa que es culpa del demonio, ya que es más fácil culpar a Satanás que hacerle frente a los problemas”, dice la socióloga María Zoltkowska.
Un estudio alemán publicado recientemente muestra que el 38% de los europeos sufren de algún tipo de trastorno mental y que sólo un tercio de ellos tienen acceso a los tratamientos.
