La asociación aragonesa Movimiento hacia un Estado Laico (MHUEL) ha calificado de “impostura indecente” la posición del PSOE respecto al cambio del reglamento de protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza al no aceptar que los concejales no deban ir a actos religiosos en representación municipal.
Para MHUEL, el PSOE es un partido a la deriva ideológica que hace todo lo contrario a lo que proclaman en sus congresos federales y programas electorales.
En una nota de prensa, la asociación hace referencia al cambio de postura del grupo municipal socialista en el pleno del pasado lunes cuando se debatía la modificación del reglamento de protocolo, ya que pretendían que los ediles pudieran ir de forma voluntaria a misa representando a la Corporación.
MHUEL lamenta la resolución plenaria que impidió la modificación de la norma y lo atribuye a “la desconexión entre la realidad social y las sevicias políticas que piensan más en el desgaste político del adversario que en un avance ciudadano en toda regla de cara al siglo XXI”.
A juicio de la entidad, “la mirada corta y pendiente de los próximos comicios generales” es lo que “han condicionado algunas posturas políticas”.
“Nunca es grande quién mira sin altura a su sillón o a su posible componenda política de cara a un futuro incierto de posibles alianzas contranatura”, advierte MHUEL.
La entidad agradece al grupo municipal de Ciudadanos que pese a la “presión” que han recibido del Partido Popular “para fagocitarlos y encuadrarlos en su línea aritmética” ha sabido reivindicarse como un partido laico no oponiéndose al dictamen previo al pleno.
Para MHUEL, al PSOE “le puede más el mercadeo político que la pureza ideológica de la que provienen y que ya no existe” y su postura de votar con el PP pone de manifiesto “el bipartidismo miedoso y cobarde que no acepta los nuevos aires que soplan y que se aferra a una política de manguito y levita propio del sistema canovista”.
Del PP dice que “son incapaces de mirarse al ombligo para saber dónde se encuentran -sí es que se encuentran-” y les acusa de tirar “al monte como partida Carlista decimonónica con trabuco y Capellán al frente” en el momento en el que se les nombra la palabra aconfesionalidad institucional o valores laicos.