Un alto funcionario de la región autónoma uygur de Xinjiang defendió este jueves la prohibición del burka, argumentando que no se trata de un vestido folklórico ni musulmán sino de un «ropaje extremista».
Shewket Imin, funcionario del comité regional de la región autónoma uygur de Xinjiang del Partido Comunista de China, hizo esta declaración en una rueda de prensa en la que se publicó un libro blanco sobre el desarrollo de Xinjiang en las últimas décadas.
El órgano legislativo regional aprobó una regulación prohibiendo el burka, una prenda que cubre la cara de las mujeres.
Shewket dijo que existen problemas, pues hay gente que aprovecha el burka para ocultar su identidad. En un caso, un hombre se cubrió con un burka para secuestrar a niños.
«El burka, que cubre los ojos de la gente, representa un cierto tipo de atraso. Nosotros los uygures tampoco queremos ver a mujeres llevar este tipo de ropa», dijo Shewket, agregando que muchas mujeres tienen que trabajar y mantenerse en contacto con la sociedad.
«Tenemos una postura clara sobre la libertad de creencias religiosas: defender las actividades legales y frenar resueltamente el extremismo y las prácticas ilegales», dijo.
El funcionario también apuntó que el gobierno aplica una serie de medidas para proteger la libertad de creencias religiosas en Xinjiang, entre ellas enviar miles de musulmanes a Arabia Saudí y proporcionar subsidios al personal de los lugares de culto.
Según el libro blanco, publicado en vísperas del 60º aniversario de la creación de la región autónoma, hay en Xinjiang 24.400 mezquitas con 28.600 miembros de personal eclesiástico.
El Gobierno chino aseguró hoy que «respeta y protege» la libertad religiosa en Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, pero subrayó que «eliminará con firmeza el extremismo religioso» de acuerdo a la ley, mientras continúan los episodios de violencia en esa región noroccidental china.
Los órganos de seguridad pública en Xinjiang están en «alerta máxima» por indicios de ataques violentos y terrorismo, y responderán con «medidas severas», señala también un Libro Blanco publicado por el Consejo de Estado (Gobierno chino) sobre Xinjiang.
Con ocasión del próximo 60 aniversario de la fundación de la región autónoma de Xinjiang el 1 de octubre, el documento, divulgado por la agencia Xinhua, indica que «algunos grupos terroristas han sido eliminados» y que «algunos fugitivos se han entregado» desde la campaña oficial contra el terrorismo lanzada en 2014.
«La supresión del extremismo religioso de acuerdo a la ley es sólo una medida para proteger los intereses fundamentales del estado y de la población, incluyendo a los musulmanes», apunta.
No obstante, grupos en el exilio como el Congreso Mundial Uigur niegan la existencia de grupos terroristas en Xinjiang, donde se viven frecuentes episodios de violencia entre la minoría uigur y la mayoría han, y en cambio la atribuyen a la represión que sufre la comunidad por parte del régimen chino.
China suele acusar al Movimiento del Turkestán Oriental (ETIM, en sus siglas en inglés) de lo que considera ataques terroristas, pese a que los asaltos no suelen ser admitidos por ningún grupo y a que algunos expertos consideran que no es tan sencillo identificar a los culpables.
Según informó este miércoles Radio Free Asia (RFA), al menos cinco policías murieron y unas 40 personas resultaron heridas en un ataque con cuchillos realizado por supuestos «separatistas» en una mina de carbón en Xinjiang el pasado día 18, si bien no hubo confirmación de las autoridades.
Sin cifras oficiales, se estima que cada año hay centenares de muertos en la región, con episodios de violencia en otras provincias chinas también en ocasiones.
El Gobierno chino subraya en el documento el desarrollo experimentado por la región en las pasadas décadas: de un PIB de 1.200 millones de yuanes en 1955 (188 millones de dólares) a unos 927.300 millones de yuanes en 2014 (unos 145.000 millones de dólares).
El Libro Blanco también subraya la «unidad étnica» que existe en la región, aunque las minorías han denunciado durante décadas la progresiva «colonización» de chinos han y su predominio en los puestos de responsabilidad política o económica, así como el ataque a la libertad de expresión religiosa.
El pasado junio el Gobierno de China prohibió a los funcionarios, estudiantes y profesores musulmanes de Xinjiang que no ayunaran durante el Ramadán, mientras disuadía de lo mismo a todo tipo de ciudadanos en los lugares de la región con mayor concentración de fieles musulmanes.
Amnistía Internacional denunció igualmente entonces que no se permitía a menores de 18 años participar en actividades religiosas en Xinjiang.
Por contra, el Libro Blanco asegura hoy que «las costumbres de las minorías étnicas son respetadas y la libertad de cada grupo de mantener sus costumbres son protegidas».
Xinjiang fue dominada durante la historia por diversos pueblos y también tuvo periodos de influencia o domino chino, en dinastías como la Tang (siglo VII) o la Qing (siglos XVII-XIX), aunque llegó a proclamarse independiente en dos ocasiones (en 1933-34 y 1944-49), hasta su constitución como región autónoma china el 1 de octubre de 1955.