Publicado por primera vez en 1992, Alianza Editorial acaba de reeditar Ética sin religión. Para una educación cívica laica de la catedrática Esperanza Guisán. Dedicado a toda persona que desee ser libre -«independientemente de su moral»-, el ensayo pretende «hacer énfasis en la necesidad de una ética basada en supuestos filosóficos defendibles, que redima y libere a los humanos de la humillación que las morales religiosas imponen», explica Guisán en su segundo prólogo.
Actualizado con los últimos debates sociales, en lo que a materia de ética católica se refiere, la catedrática asegura que «un católico fiel al Papa tiene pocas posibilidades de ser independiente, de ser ético. Porque la ética supone esfuerzo de reflexión y un católico de verdad no se opone a seguir un mandato sin cuestionárselo». Sin embargo, esto «no quiere decir que no sea moral», precisa.
Trascender fronteras
Entre las novedades presentes, se encuentra el capítulo Ética para la Ciudadanía que, como el propio título indica, remite a Educación para la Ciudadanía, la tan novedosa como polémica asignatura impulsada por los socialistas. En su libro explica que, a pesar de que cree necesaria darle la bienvenida, no está de acuerdo con su título pues «puede dar la impresión de que la formación filosófica es prescindible» tanto por parte del profesorado como por la del estudiantado. Así, apuesta por Ética Cívica o Ética. Nombres que no se limitarían a hacer referencia a «un catálogo de derechos y leyes a cumplir», afirma.
Según la autora, que asegura haber consultado distintos manuales dirigidos al alumnado, «a los estudiantes se les está explicando mal y en poco tiempo. Les explican la Constitución, los Estatutos de Autonomía, sin un sistema ético que les permita cuestionar lo establecido». A esto añade que «da la impresión que lo que se pretende es formar el espíritu nacional» cuando ella está a favor de un enfoque más filosófico que ayude al estudiantado «a ser ciudadanos del mundo». De ahí que, uno de los problemas que más le preocupan a día de hoy es la de «trascender las fronteras».
Escrito con «fuerza y pasión», el sueño de Esperanza Guisán es que se traduzca a muchos idiomas y que, en aproximadamente un año, se agote. Será entonces cuando saldrá una nueva edición con el capítuloÉtica para la Ciudadanía de forma completa.