El presidente iraní, Hassan Rouhani, destacó hoy el rol de las mezquitas como sitios para discutir problemas sociales importantes que atañen al mundo islámico, pero criticó que se conviertan en lugares para partidos políticos.
En el discurso inaugural de una conferencia sobre el Día Mundial de la Mezquita, el mandatario recordó que esa jornada se toma como tributo al «amargo recuerdo» del incendio en 1969 de la mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar sagrado del Islam en la ciudad ocupada de Jerusalén.
Según Rouhani, el incendio en Al-Aqsa no será olvidado e indica que Israel no sólo continúa asesinando y violando a mujeres y niños inocentes, sino que no respeta una mezquita, «la primera Qibla de los Musulmanes» (la primera dirección a la cual los fieles se inclinan para rezar).
Los sionistas tampoco muestran aprecio por una tierra que es también venerada por otras religiones, agregó el jefe de estado al ofrecer detalles de las conmemoraciones fijadas para el 21 de agosto, fecha en que se cumple el aniversario del siniestro provocado por extremistas israelíes en Al-Aqsa.
Rouhani indicó que los orígenes del incendio siguen en disputa más de 45 años después y urgió a los feligreses musulmanes a no olvidar y a mantenerse unidos para enfrentar los complots contra los enemigos de esa comunidad en todo el mundo.
La conferencia contó con la presencia de embajadores extranjeros acreditados en Teherán, así como de un grupo de parlamentarios y clérigos encargados de oficiar las plegarias de los viernes en las mezquitas.