La Conferencia Episcopal polaca declaró hoy que no habrá «excomunión automática» para los diputados y senadores que votaron a favor de incluir por primera vez la fecundación in vitro en la sanidad pública, aunque advirtió de que deben abstenerse de comulgar «hasta que se reconcilien con Dios».
La iglesia Católica polaca recordó en un comunicado que la fecundación in vitro supone un atentado contra la vida, al ser una práctica en la que es necesario manipular embriones, por lo que considera que apoyar su regularización «es un acto constitutivo de pecado».
A pesar de eso, la Conferencia Episcopal rechazó la posibilidad de «excomunión automática» para estos políticos, entre ellos el presidente del país, el liberal de centroderecha Bronislaw Komorowski, quien el pasado 27 de julio ratificó la ley tras su aprobación por el Senado y el Parlamento.
Según la Iglesia polaca, estos políticos «deben abstenerse de recibir la sagrada comunión hasta que hayan cambiado públicamente su posición» sobre la fecundación in vitro y «se hayan reconciliado con Dios».
La Iglesia católica polaca se opuso enérgicamente a la nueva regulación de la fecundación in vitro, y el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Stanislaw Gadecki, llegó a dirigir una carta al presidente de Polonia para pedirle que no ratificase la norma.
La ley crea el marco jurídico para regular este método de reproducción asistida dentro de la sanidad pública y lo hace extensivo tanto a parejas casadas como a las de hecho, que podrán acudir a la fecundación in vitro si en el plazo de un año otros tratamientos no dan resultado.
Según la norma, una pareja puede tener hasta un máximo de seis óvulos fecundados y aquellos que no sean utilizados pueden ofrecerse a otras mujeres después de 20 años, pero no ser destruidos.
Polonia ya permite la fecundación in vitro en clínicas privadas, aunque este método está hasta el momento apenas regulado.