En esta ocasión muchas de las fórmulas para la toma de posesión de concejales han contado con una diversidad de añadidos, algunos de ellos haciendo expresa alusión al Estado laico.
Unos prometieron hacer guardar la Constitución hasta que la pudieran cambiar, otros dijeron que representaban al pueblo y a nadie más, otros apostaron por el Estado laico, otros aprovecharon el momento para hacer patentes sus convicciones republicanas, otros se comprometieron a trabajar por los que lo están pasando mal, otros arremetieron contra los banqueros e incluso hubo una alguna edil en Cádiz que se acordó de los jóvenes que han emigrado de la capital para buscar trabajo.
La concejala de IU en Jerez, Ana Fernández prometía con esta fórmula: “Como ciudadana partidaria de un modelo de Estado federal, laico y republicano, prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal, guardando lealtad al jefe del Estado por imperativo legal, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado … prometiendo lealtad a los ciudadanos y ciudadanas y a la función pública. Y luchar por el bienestar de los mismos”.
Y todo ello en medio de un baile de los símbolos religiosos. La biblia en Jerez iba y venía de la mesa presidencial, y el crucifijo de Cádiz se acercaba y se alejaba. Y en Puerto Real la alcaldesa saliente, Maribel Peinado, preguntó extrañada si no había una biblia sobre la que depositar su mano, encontrándose un no rotundo.
En el caso de Jerez encima de la mesa de la presidencia estaba el ejemplar de la Constitución y la fórmula para jurar o prometer. José Galvín (PP), solicitó la Biblia, y Ana Fernández (IU), pidió que la retiraran cuando le llegó su turno. Con los ediles del PP la Biblia volvió a la mesa.
Algunos concejales por defender su libertad de conciencia reclamando la retirada de simbología religiosa en este acto cívico sufrieron insultos como el caso del concejal de Iu en el pueblo toledano de Argés.