Europa Laica, junto con otras organizaciones, ha puesto en marcha la campaña «No me apuntes a religión: Respeta mi libertad de conciencia», con la que insta a los padres a no matricular a sus hijos en religión y pide que esta asignatura no se imparta en las escuelas.
A su juicio, la escuela tiene que servir para aprender, desarrollar capacidades, incluir y no segregar, no discriminar por motivos de raza, sexo, religión, opinión y para respetar la libertad de conciencia de los menores, tal y como estipulan los artículos 10 y 14 de la Constitución española.
«La religión incrustada en la enseñanza provoca la segregación del alumnado desde los tres años -ha indicado en una nota de prensa- en función de las convicciones de sus padres y madres».
Por ello, Europa Laica «se ha opuesto, antes y después de la Lomce», a que se imparta religión confesional en la enseñanza, una razón que ahora toma más importancia «dado que han incluido una materia alternativa y se ha impuesto evaluación que cuenta en el expediente académico».
En su opinión, existen otros lugares para aprender y profesar cualquier religión como iglesias, mezquitas o sinagogas.
Europa Laica ha calculado que, a lo largo de Primaria, se dedican hasta unas 315 horas a la religión, «un tiempo que se podría invertir en otras áreas troncales o específicas».
Y si le suman las horas que se dedican a religión en infantil, primaria y secundaria, se llega a utilizar todo un curso completo, han asegurado.
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