La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha remitido una carta a todos los obispos y arzobispos de España solicitándoles el abandono del uso de simbología franquista en sus rituales religiosos, algo que se acentúa en la Semana Santa. Tras la publicación del reportaje de La Marea “La Semana Santa y la imaginería franquista”, la ARMH ha decidido elevar una queja a todos los miembros del obispado español. La ARMH, que adjunta el artículo de Antonio Maestre a la carta, se reserva la posibilidad de denunciar a la Conferencia Episcopal por enaltecimiento de la dictadura y humillación a las víctimas.
El texto de la carta es el siguiente:
“A través de la publicación que adjuntamos, de la revista La Marea, hemos vuelto a tener noticia de que la iglesia católica continúa utilizando simbología franquista y nazi en algunos de sus ritos religiosos, especialmente en estos días de la Semana Santa.
Se trata del enaltecimiento de uno de los periodos más terribles de nuestra historia, así como de los responsables de graves crímenes que han llevado a la desaparición forzada de 114.223 seres humanos que continúan en paradero desconocido desde que fuera ilegalmente detenidos hace décadas. La desaparición forzada es un delito permanente, lo que quiere decir que se sigue cometiendo mientras no se conozca el paradero de la persona desaparecida. Se trata del crimen más grave que se puede cometer contra un ser humano: secuestrarlo, torturarlo, asesinarlo y esconder su cadáver para tortura a su familia y a su entorno.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que lleva casi quince años ayudando a las familias de esos desaparecidos y desaparecidas, les instamos a la retirada de esa simbología que además de dar reconocimiento a responsables de crímenes contra la humanidad, como ya han denunciado numerosos organismos internacionales, supone una humillación pública para las víctimas, que tienen derecho a ser respetadas públicamente.
Además, su uso podría estar penalizado por la ley, por enaltecimiento de la violencia, del franquismo y del nazismo y humillación pública a las víctimas de graves y masivos delitos violentos.
Esperando una respuesta democrática y respetuosa con los derechos humanos, se despide atentamente…”
La ARMH lamenta que los derechos de las víctimas de la dictadura no sean garantizados por las instituciones del Estado, que la Fiscalía General no las proteja y que se vuelva a confirmar el uso partidista del dolor que hacen los gobiernos de España, cuando garantizan todos los derechos para unas determinadas víctimas y para otras, la pasividad y el consentimiento de este tipo de agresiones.
