En vista de los enfrentamientos y masacres protagonizadas por grupos como ISIS y Boko Haram, nos hemos encontrado con varios análisis políticos, económicos y sociales al respecto, mas se ha dejado de lado algo esencial: el rol de la religión en estos actos violentos. La religión ha sido uno de los actores principales en cualquier guerra o batalla a nivel mundial. Un claro ejemplo son las milenarias “Guerras Santas”, ya sean las Cruzadas, o la Yihad Islámica, las cuales han implicado actos de violencia y millones de muertes impulsados primordialmente por creencias religiosas.
Otro ejemplo importante es el rol de la religión, o más específico aún de la Iglesia Católica, en la colonización de los pueblos aborígenes en América. Además de conocer que parte del éxito de la colonización fue el desarrollo de armas, los conflictos internos entre pueblos americanos, y las enfermedades traídas por los europeos; la religión (a través de los misioneros) también tuvo un rol importante en el debilitamiento de los indígenas. Es sabido, que cuando Francisco Pizarro llegó a territorio Inca, el fraile Vicente de Valverde exhortó al Emperador Inca Atahualpa a aceptar el cristianismo como la religión verdadera. Sorprendido e indignado, Atahualpa arrojó la Biblia al suelo, causando así que Pizarro ordene un ataque contra los indígenas (Atahualpa, Biografías y Vida). Todos sabemos cómo termina esta historia.
Se podría decir que la violencia nace de la malinterpretación de la religión y de sus escrituras o de una interpretación extremista y literal de las mismas. Sin embargo, la religión es un elemento demasiado subjetivo y puede llegar a interpretarse de miles de maneras terminando así a la violencia. La religión y el entendimiento de la misma, varía en cada persona y es por esto que las creencias siempre tendrán un factor de riesgo para el resto de la población.
De igual manera, se puede argumentar que, con los ejemplos dados, no son las religiones sino la institución que las administra (como la Iglesia), la culpable de tales movimientos violentos y genocidas. Sin embargo, también existen casos de individuos que, guiados por sus creencias, sostienen actos violentos como las masacres perpetuadas por ciertos fanáticos cristianos en los Estados Unidos. No podemos dejar de lado los actos perpetuados por grupos como ISIS o Boko Haram, los cuales, en nombre de sus creencias, han asesinados a miles de personas en el último año. Igualmente, es importante tener en cuenta los actos de fanáticos religiosos, como la discriminación y violencia psicológica que afectan directamente a personas con diferentes creencias, orientación sexual o pensamiento en general. Un ejemplo de estos, son los movimientos Provida que, basados en sus creencias, discriminan a mujeres que aceptan y apoyan el aborto. Otro acto de discriminación y violencia también puede ser la creencia de que ser homosexual es un pecado. Estos y muchos más son evidencia de la violencia y violaciones de derechos humanos a las que pueden conllevar las creencias.
La religión o culto espiritual, se definen como el credo y los conocimientos dogmáticos sobre una entidad divina, la cual implica un vínculo entre el hombre y Dios o los dioses. La persona rige su comportamiento según una cierta moral e incurrirá en determinados ritos que estén de acuerdo a sus creencias (Definición de Religión). Es decir, el credoes un tema muy personal, el cual no puede ser discutido con facilidad, puesto que siempre está cargado de elementos místicos y espirituales como la fe, los cuales no son tangibles. A demás, las creencias tienen diferentes perspectivas de moralidad; y es por esto que deben ser respetadas y no necesariamente comprendidas.
Es importante mencionar que así como la religión ha originado ciertos actos de violencia, ésta también ha sido motivo para que las personas con creencias sean discriminadas y violentadas por personas en contra de esas creencias. Es por esto que las personas religiosas también están protegidas bajo medidas legales internacionales. La libertad de credo es un derecho humano y se encuentra reconocida por varios documentos pertenecientes al derecho internacional. En primer lugar, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos india que:
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o de creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia (DUDH).
Además, este derecho está reconocido en: el art. 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el art. 27 de este mismo pacto el cual garantiza a las minorías religiosas el derecho a confesar y practicar su religión, el art.14 de la Convención de los Derechos del Niño y el art. 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos.
Es decir, la libertad de culto o religiosa, es un derecho fundamental, el cual reconoce que cada ser humano puede elegir libremente su religión, no elegir ninguna, o no creer ni validar la existencia de uno o varios Dioses. A demás, cada persona puede ejercer sus creencias públicamente, sin ser víctimas de opresión, discriminación, o intento de cambiarla a la fuerza (Leandry, 2010).
Sin embargo, cuando las acciones provenientes de creencias hacen daño a terceros, debemos hacer un análisis de los límites de las mismas, para poder así mantener un nivel de respeto entre todos los seres humanos. Es decir, así como puede haber gente religiosa, también existen personas que no lo son y para reiterar lo antes mencionado: no importa el culto, nadie puede ser discriminado, oprimido ni forzado a tener, seguir, o comportarse acorde a una creencia.
Este artículo no busca confrontar creencias ni enfrentar los diferentes credos entre sí, sino rectificar que a pesar de ser un derecho reconocido a nivel universal, la religión, no puede ser usada como excusa para violar los derechos humanos. Las acciones llevadas a cabo por grupos religiosos en dónde se violenten los derechos de otras personas, no están ni estarán nunca justificadas. Es deber de todas las personas, creyentes o no, respetar y garantizar los derechos del otro.
Milagros Egas Villacrés. Quito, Ecuador. Licenciada en Relaciones Internacionales, Universidad de San Francisco de Quito. Máster en Derechos Humanos en la Universidad de Columbia. Ámbito de interés: Derechos de los Pueblos Indígenas, Relaciones Internacionales, Estudios Latinoamericanos, Estudios de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos, Democracia. Actualmente soy Especialista en Organizaciones de Sociedad Civil en la ONG Corporación Participación Ciudadana. También estoy muy involucrada con los derechos de Pueblos Indígenas y en el 2014 asistí a la décimo tercera sesión del Foro Permanente de Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas en New York.
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Bibliografia:
Alvarez Junco, J. (15 de Febrero 2015) Religión y Violencia. El País. http://elpais.com/elpais/2015/02/03/opinion/1422993559_566711.html
Atahualpa. Biografías y Vida. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/atahualpa.htm
Declaración Universal de Derechos Humanos
Kung, H. (30 de Junio 2005) Religión, Violencia y “Guerras Santas”. Revista Internacional de la Cruz Roja. https://www.icrc.org/spa/resources/documents/article/review/6gukdn.htm
Leandry Vega, I. (2010). Derecho vs. Religión: La nueva batalla intelectual. Espacio Creativo.
López, P. (9 de Agosto 2014) La violencia religiosa: Miles de muertos en nombre de Dios. DiarioUChile. http://radio.uchile.cl/2014/08/09/miles-de-muertos-en-el-nombre-de-dios