El cardenal Ricardo Ezzati nuevamente ha levantado polvo con sus declaraciones. Esta vez, ha pedido a los políticos, que profesan la fe católica, a que voten con recta conciencia y también a sus convicciones cristianas, en relación a la ley que despenaliza la interrupción del aborto en las causales de inviabilidad fetal con la vida, en caso de riesgo vital de la madre y en el caso de las violaciones.
Estas declaraciones aparecieron en la agencia Aciprensa, que es el portal de noticias católicas.
Respecto del tema, Ezzati ha señalado lo siguiente: Por eso que, con todas nuestras fuerzas, hemos dicho que un proyecto de aborto es siempre contrario a lo que Dios quiere porque Dios nos ha hecho para vivir y la sociedad humana está llamada a organizarse justamente para que la vida sea defendida y pueda crecer desde el comienzo y hasta el final.
Eso está bien y es coherente con el credo católico; sin embargo, Ezzati transgrede sus facultades pastorales y aprovecha de hacer un guiño a los políticos que simpatizan con la doctrina, haciendo el llamado directo a ejercer su voto con recta conciencia y en coherencia con sus convicciones:
Siempre he invitado también, a quienes están en la tarea legislativa y que son cristianos y creyentes, que su juicio y su votación, su voto, frente a estos temas obedezca siempre a una recta conciencia y también a sus convicciones cristianas.
Hay que dejar en claro, que Ezzati, como representante de la iglesia -que tiene su sede en el Estado Vaticano- está interfiriendo en la política sanitaria de una nación que tiene más de 17 millones de personas, de las cuales -según el cuestionado censo de 2012- un poco más de ocho millones son católicas (eso es menos del 50% de la población).
Tanto senadores como diputados tienen que legislar en conformidad a las necesidades del Estado de Chile y, así como no les agrada que otros países vengan a interferir en las políticas internas, cabe preguntarse, por qué se permite esta excepción.