La Virgen de la Esperanza fue declarada patrona de Logroño en 1948 por el Papa Pío XII y primera alcaldesa por un pleno municipal de 1948.
«Hoy, como segunda alcaldesa de Logroño, renuevo esta antigua tradición, pidiendo tu protección, y animo a todos los logroñeses a renovar su esperanza en que lo mejor está por venir.»
Evocación de la alcaldesa a la Virgen de la Esperanza
Virgen de la Esperanza, Patrona de Logroño, Señora y Alcaldesa nuestra.
Hoy, cumpliendo una antigua tradición de nuestra ciudad, acudimos a Ti para rendirte homenaje y ponernos bajo tu protección.
Llego hasta tu altar con alegría para ofrecerte afecto, devoción y el cariño de la Ciudad de Logroño hacia ti que se hace visible al cumplir con esta tradición que ha perdurado desde 1521 y que ahonda en nuestras raíces.
Señora, celebramos con orgullo tu fiesta y te rendimos homenaje sabiendo que siempre nos escuchas, y como buena madre que eres de todos los logroñeses confiándote cada uno de nosotros nuestras preocupaciones, problemas y secretos.
Hoy, como segunda alcaldesa de Logroño, renuevo esta antigua tradición, pidiendo tu protección, y animo a todos los logroñeses a renovar su esperanza en que lo mejor está por venir.
Una esperanza que no se confunde con la falsa ilusión en que las cosas mejorarán por sí mismas sino que se identifica con la confianza en nuestras posibilidades porque se basa en nuestra decisión de luchar por nuestros sueños.
Una esperanza que nos lleva a admitir que no sabemos lo que nos deparará el futuro, pero que nos enseña que el mejor modo de predecir el futuro es construyéndolo juntos.
Por encima de nuestras diferencias ideológicas, sociales o religiosas hemos sabido trabajar juntos para hacer de Logroño una ciudad fuerte, solidaria y abierta a todos.
Porque como dijo el Papa Francisco, “el trabajo es un deber que la sociedad tiene que ofrecer para que todo hombre y toda mujer pueda crecer en dignidad”.
Virgen de la Esperanza, tú eres también un ejemplo abierto a todos, más allá de las convicciones religiosas. En tu vida fuiste una mujer trabajadora, que conoció la dura realidad de la inmigración y una madre que, a pesar de sus sufrimientos, supo mantener la esperanza y transmitirla a los demás.
Virgen de la Esperanza, tú que sostienes en tus brazos a tu Hijo, que señala con su dedo índice hacia los cielos, enséñanos a mantener nuestros elevados principios éticos que hemos heredado de nuestros mayores.
La nobleza y lealtad que Juan II de Castilla añadió a nuestro escudo no deben ser reliquias del pasado. Hoy, más que nunca, necesitamos volver al valor de la palabra dada, al respeto por los compromisos adquiridos. Especialmente necesitamos recuperar el significado más noble de la política como servicio desinteresado al bien común.
El título de «Excelencia» que nos otorgó Isabel II, por el comportamiento de los logroñeses durante las epidemias de cólera que asediaron la ciudad, no puede reposar en el baúl de los recuerdos. Hoy, más que nunca, necesitamos buscar la excelencia como ciudad para garantizar nuestro progreso, al mismo tiempo que buscamos la excelencia como ciudadanos a través de la solidaridad con los más desfavorecidos.
Virgen de la Esperanza, queremos progresar juntos como ciudad abierta y para eso debemos apoyarnos en estos principios y en otros que conforman los valores que conforman nuestra identidad: la valentía, la generosidad, la amistad y la ejemplaridad. Hoy como nos legaron nuestros antepasados reiteramos ante ti que no hay derechos sin deberes ni libertad sin responsabilidad.
Virgen de la Esperanza, en estos años difíciles hemos aprendido que la mejor receta para salir adelante es el propio esfuerzo, la honradez y la solidaridad.
Patrona y Alcaldesa Mayor de Logroño, hoy los logroñeses renovamos nuestro compromiso por garantizar un futuro mejor para nuestras familias.
Hoy queremos tener la audacia de mantener la esperanza.
La esperanza que nace de la firme voluntad de no conformarnos nunca porque sabemos que a todos nos espera algo mejor si tenemos el coraje de intentarlo con todas nuestras fuerzas.
Patrona de Logroño, Virgen de la Esperanza,
El futuro pertenece siempre a los valientes, a aquellos que sabiendo reconocer las dificultades, las consideran no como un impedimento sino como una oportunidad.
La Ciudad de Logroño, tu Ciudad, siempre ha sabido dar muestras de su fortaleza para vencer los obstáculos y adversidades.
Ten en cuenta estas palabras cargadas de plena confianza en la sociedad logroñesa y en su capacidad de adaptarse a los nuevos retos.
Llena de esperanza el corazón de todos para que con tu ayuda en nuestras tareas, entre todos podamos garantizar el progreso de esta Ciudad.
Y hoy, Señora, te pido tu especial protección para los logroñeses más necesitados, para los que lo están pasando mal como consecuencia de esta dura crisis económica, por nuestros mayores y nuestros enfermos. Especialmente para los que están solos o alejados de sus familias.
Virgen de la Esperanza, Patrona, Señora y Alcaldesa nuestra, nos ponemos a tus pies, cobíjanos a los logroñeses y logroñesas bajo tu manto.
Siempre serás vida, dulzura y esperanza nuestra.