El primado argentino aseguró que «urge priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones»
La Iglesia católica volvió a advertir sobre la "gravedad moral y jurídica" del aborto, en el marco de una jornada nacional convocada por los obispos para rezar por la vida naciente y rechazar la posible despenalización legislativa de esa práctica.
El Día del Niño por Nacer se recordó con misas en las catedrales del país, bendiciones de embarazadas, oraciones ecuménicas, procesiones en las calles, bicicleteadas y colectas a favor de las mujeres "en riesgo" de abortar, entre otras acciones en "defensa de la vida desde el momento de la concepción" y "la protección integral de la mujer embarazada".
La celebración tuvo este año como telón de fondo el consenso que existe en Diputados para discutir al menos un proyecto de ley de aborto que permita a la mujer la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras 12 semanas de gestación.
Según organizaciones no gubernamentales, en Argentina se realizan unos 460.000 abortos clandestinos anuales y las condiciones de salubridad e higiene en que se practican están directamente relacionadas con el poder económico de cada mujer.
Sin embargo, expertos en bioética aseguraron que la cifra está "sobreestimada" y consideraron que por año se llevan a cabo en el país menos de 48.000 abortos inducidos.
Asimismo, advirtieron que el número de intervenciones se triplicaría en el caso de que esta práctica se despenalice.
La jornada pro-vida, convocada por la Iglesia, tuvo como punto culminante el rezo de un "rosario por la vida" en la catedral metropolitana, dirigido por el cardenal Jorge Bergoglio.
El primado argentino aseguró que "urge priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones, poniendo especial atención en los niños por nacer, como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y la marginalidad".
El vicepresidente segundo del Episcopado aseguró, además, que "cuidar al niño por nacer implica, en primer lugar, cuidar a la madre, promoviendo un embarazo saludable, velando por su alimentación y atención sanitaria, tanto de la madre como de su hijo".
Ante el tratamiento inminente de proyectos de ley para despenalizar el aborto, el Episcopado argentino declaró al 2011 como Año de la Vida. El Día del Niño por Nacer fue impuesto el 7 de diciembre de 1998 por decreto del ex presidente Carlos Menem.