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Un detalle de la portada de 'EducaFakes', editado por Capitán Swing.

50 ‘EducaFakes’. Y seguro que has oído (o dicho) más de una

Los profesores Jesús Rogero y Daniel Turienzo acaban de publicar un libro sobre mentiras y medias verdades sobre la educación en España: “Cuando alguien te dice que quiere una educación libre de ideología, lo que quiere es imponer otros valores. La educación es política y es imposible separarla de la ideología”.

Son decisiones políticas lo que se aprende o no en las aulas, lo que se come o no en los comedores de los colegios, si hay o no símbolos religiosos…

“La Iglesia Católica ejerce una gran influencia a través de muchos canales, a través de sus centros, a través de los medios de comunicación que controla, a través de las editoriales de libros de texto que controla…”

“Aunque ha habido gobiernos y leyes promulgadas por gobiernos de diferentes ideologías, la asignatura de Religión católica ha prevalecido. A todo”

En España tenemos demasiados universitarios; el profesorado debe permanecer al margen de la política; la segregación escolar por origen social es inevitable; la educación concertada es más barata que la educación pública. Así, hasta 50. O incluso más. Podríamos estar, como dicen los profesores Jesús Rogero y Daniel Turienzo, ante una guía muy útil para contrarrestar los chascarrillos de los cuñados. Y de los no tan cuñados. Porque, en muchos casos, como sostienen también en el libro que acaban de publicar, los cuñados y las cuñadas podemos llegar a ser nosotros y nosotras mismas en un tema, además, que vertebra la sociedad en la que vivimos o en la que querríamos vivir. Charlamos con uno de los autores, Daniel Turienzo, sobre EducaFakes. 50 mentiras y medias verdades sobre la educación española, editado por Capitán Swing en este arranque de curso escolar. 

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El profesor Daniel Turienzo, uno de los autores de ‘EducaFakes’. CRISTINA CANDEL

Son decisiones políticas lo que se aprende o no en las aulas, lo que se come o no en los comedores de los colegios, si hay o no símbolos religiosos… Parten de una premisa –la educación es política– que, paradójicamente, es la base de muchas de las educafakes que recogen en el libro. ¿Cómo se puede revertir esa concepción, errónea a su juicio, de que la educación debe ir separada de la política, en un país como el actual, tan polarizado?

La educación es política en el sentido de que cada decisión que tomamos sobre educación es pura ideología. Y cada una de esas decisiones tiene una razón de ser que se vincula con cómo queremos que sea esa educación, los alumnos, e incluso cómo queremos que sea la sociedad. Pensamos que es imposible separar la educación de la ideología. Todas las sociedades modernas, cuando enseñan un sistema educativo, buscan fomentar unos determinados valores. ¿Qué valores fomentas?

Cuando alguien te dice que quiere una educación libre de ideología, lo que quiere es imponer otros valores, pero no que estos estén ausentes. Siempre, por acción o por omisión, están. Y la pregunta es si esos valores son compartidos, aunque son valores que podemos encontrar en la Declaración de Derechos Humanos, en la Constitución española… Valores relacionados con la convivencia, la igualdad, la justicia, que creo que deberían estar muy presentes en el sistema educativo.

“Cuando alguien te dice que quiere una educación libre de ideología, lo que quiere es imponer otros valores. Es imposible separar la educación de la ideología»

Exponen que estas medias verdades o incluso falsedades sobre el sistema educativo español circulan incluso entre el propio profesorado. La LOMLOE, la última reforma educativa, ha generado y sigue generando bastantes críticas, como por ejemplo “encajar” determinados temas en situaciones de aprendizaje, etc. ¿No hay nada de verdad en esas críticas?

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Portada de ‘EducaFakes’, editado por Capitán Swing.

Primero hay que señalar que todas las leyes, y cuando digo todas es todas las leyes orgánicas que se han elaborado sobre el sistema educativo o las que estructuran todo el sistema educativo, todas, como digo, han definido una serie de objetivos relacionados con los valores. Es decir, no es para nada algo nuevo. Siempre ha sido una obligación del profesorado educar a las nuevas generaciones en determinados valores. De hecho, la mayoría de sistemas educativos modernos surgen precisamente para que seamos capaces de convivir, surgen como una herramienta ideológica para fomentar unos valores en las generaciones venideras. 

Esta ley puede haberlos potenciado, pero no es algo que sea nuevo ni exclusivo. Yo pienso que puede haber situaciones en las que lo vemos más difícil pero, en general, creo que existen muchas ocasiones en los centros escolares para trabajar los valores. A lo mejor no en todas las situaciones de aprendizaje, pero sí en la mayoría.

«La mayoría de sistemas educativos modernos surgen precisamente para que seamos capaces de convivir, como una herramienta ideológica para fomentar unos valores en las generaciones venideras”

Es curioso cómo una educafake puede ser una y la contraria, por ejemplo: que la juventud es más inculta que generaciones anteriores y que la juventud es la más preparada de la historia. ¿Cómo pueden circular a la vez estas dos afirmaciones?

Efectivamente, son dos afirmaciones que parecen contradictorias, parece que decimos una cosa y la contraria. Y aquí primero es muy importante elegir muy bien las palabras. Al final, las dos beben de un principio común y es que cuando decimos que está preparada o no está preparada tiene que ser respecto a algo, no podemos decirlo en el vacío. Está preparada para qué. Y la pregunta es qué comparamos. 

Se entiende muy fácil cuando ponemos algunos ejemplos. Si nosotros pensamos en qué tenía que hacer un hombre de las cavernas, pues estar preparado significa ser capaz de hacer fuego y ser capaz de cazar. Hoy en día, la mayoría de adultos funcionales no son capaces de hacer fuego y mucho menos de cazar. Y, aun así, no decimos que estemos peor preparados, simplemente tenemos una realidad diferente. Competencias que en esa época no era necesario desarrollar ahora sí son necesarias. 

Otro ejemplo que ponemos siempre es el de los mapas de carreteras. Si nosotros le damos un mapa de carreteras a la generación nacida en los 70 y a la generación nacida en la última década, probablemente quienes nacieron en los 70 lo utilicen mucho mejor. Pero si se ponen a utilizar aplicaciones digitales, probablemente los resultados pueden ser los contrarios o, al menos, similares. Con lo cual, según con qué lo comparemos podemos decir que una generación u otra está mejor preparada.

Hay en el libro una educafake relacionada con el esfuerzo y el talento que se repite mucho desde la izquierda: que el sistema educativo garantiza la igualdad de oportunidades. Argumentan ustedes que esto no es así y que, a veces, incluso contribuye a legitimar las desigualdades. ¿Qué haría falta para que funcionara realmente?

Que el sistema educativo debe buscar compensar las desigualdades es una utopía, pero es una utopía por la que debemos despertarnos cada día y por la que debemos luchar. Pero el hecho de que hayamos logrado que cada vez más personas participen de los sistemas educativos no nos puede llevar a la condescendencia, no nos puede llevar a la afirmación de que si a un alumno le va mejor es únicamente por el esfuerzo y el mérito personal. Todavía persisten muchas barreras que llevan a reproducir el sistema social; es decir, que los alumnos que proceden de contextos más favorecidos tengan la tendencia a obtener mejores resultados. Todo esto sin que haya un determinismo social. Evidentemente, existen excepciones tanto por un lado como por el otro. 

“Que el sistema educativo debe buscar compensar las desigualdades es una utopía, pero es una utopía por la que debemos despertarnos cada día y por la que debemos luchar”

Pero lo que nos debe poner sobre aviso es la necesidad de reforzar esos mecanismos encaminados a que no quede nadie atrás, algunos relacionados con una mayor inversión en educación infantil, mejores comedores escolares, refuerzo y apoyo para los alumnos que tienen más dificultades, detección temprana, mayor inversión en becas… Tenemos que cuidar también más las transiciones entre etapas, fomentar las segundas oportunidades. Existe una serie de mecanismos que pueden ayudarnos a que tengamos un sistema educativo que contribuya en mayor medida a la igualdad de oportunidades.

¿Cómo ha evolucionado en los últimos años la influencia del origen social? ¿Se acabó definitivamente el considerado “ascensor social”?

Hemos tenido un gran contraste. Durante los años 70 y 80 se produjo en España una gran movilidad social que venía marcada por primeras generaciones que estudiaban más que las precedentes y eran capaces de encontrar un lugar mejor en la escala social. Eran capaces de encontrar empleos mejores. En los 90 y los 2000 se frenó mucho, pero no tanto por el sistema educativo sino por el mercado laboral. El mercado laboral ya no era capaz de que ese ascensor se elevara, se averió. Hoy en día, en algunos indicadores relacionados con la equidad, hemos mejorado mucho. Las tasas de escolarización en educación infantil, por ejemplo, han mejorado mucho, pero en otras cuestiones todavía persisten importantes desigualdades que deberíamos atajar.

Todavía se dice que los hijos de los migrantes obtienen peores resultados y que los hijos de los ricos son más listos. ¿Cómo ha influido en estos pensamientos el auge de la extrema derecha y los discursos de odio?

Nosotros lo que venimos a discutir en el libro es el hecho de que, en España, cuando analizamos los resultados de los alumnos migrantes respecto a los nativos, igual que en la mayoría de países, se observa que el alumnado nativo tiene mejores resultados. La pregunta, que es para nosotros lo importante, es por qué sucede eso. Y lo que nos vienen a decir los estudios es que sucede no porque tengan unas costumbres diferentes o porque tengan menores hábitos. Sucede, básicamente, porque estamos comparando dos grupos que no son iguales. El grupo nativo tiene un nivel socioeconómico y cultural más alto. De hecho, la OCDE nos anima a que no comparemos nativos con migrantes sino que comparemos a los migrantes con un grupo nativo con un nivel socioeconómico similar. Cuando hacemos ese ejercicio nos damos cuenta de que las diferencias son mucho, mucho menores. 

“Los discursos reaccionarios y racistas también influyen en las decisiones que toma la gente a la hora de escolarizar a sus hijos”

Sobre la segunda cuestión, evidentemente el auge de discursos reaccionarios, discursos racistas, puede contribuir a que estas diferencias que existen sean percibidas de una manera más exacerbada en la sociedad. Y esto tiene que ver también con la segregación. Estos discursos influyen también en las decisiones que toma la gente a la hora de escolarizar a sus hijos, influyen también en nuestras vidas diarias… En la medida en que aumenta la segregación escolar, los resultados no solo del alumnado migrante sino de la sociedad en su conjunto serán peores. 

Esa misma comparación se hace también entre la concertada y la pública. Pero, según la explicación anterior, ni en los concertados se exige más al alumnado ni los resultados son mejores, sino que se comparan perfiles diferentes. ¿Cómo se puede explicar esto de manera sencilla cuando no paran de salir rankings que indican lo contrario?

El padre de Pisa, cuando analizaba el caso español, decía que él no veía una mejora de los resultados asociada a los centros privados y privados-concertados, sino que veía que estos seleccionaban más a su alumnado. En España, por ejemplo, el alumnado migrante se escolariza mayoritariamente en la red pública, incluso por encima del peso que tiene la red pública, y esto nos lleva a que cuando comparamos los alumnos que acuden a los centros públicos con los que acuden a los centros privados-concertados no sean los mismos alumnos. Por ello, los resultados son diferentes. 

Pero cuando quitamos de la ecuación el nivel social y económico del alumnado, nos damos cuenta de que los resultados son muy similares. No obstante, conviene señalar que en España la mayoría elige educación pública. A pesar de que se hizo una oferta muy importante de educación concertada, la mayor parte de las personas decide escolarizar a sus hijos en centros de titularidad pública. 

“Cuando quitamos de la ecuación el nivel social y económico del alumnado, nos damos cuenta de que los resultados son muy similares”

¿Pero cómo influye en las familias la apuesta actual de muchos gobiernos por la educación concertada en detrimento de la pública? 

Es importante señalar una diferencia que a veces obviamos, que es un mito que no hemos tratado pero que es interesante, y es hasta qué punto las elecciones de las familias están matizadas por la oferta. Es decir, hay familias que llevan esperando la construcción de un centro público en su barrio durante 20 años. Hay familias que si eligen la educación pública se ven obligadas a recorrer grandes distancias. E incluso hay muchas regiones en las que, a raíz de la caída demográfica, todo el peso del cierre de aulas se está llevando a cabo sobre la enseñanza pública. Cerrar aulas no tiene que ver con la elección que hacen las familias, tiene que ver con decisiones políticas. Y hay gobiernos que están haciendo una apuesta decidida por desmantelar el sistema público y por reforzar o crear estructuras privadas. 

Recogen una educafake poco conocida con respecto a esto último: los centros privados no reciben financiación pública.

Es uno de los mitos que, al desmontarlo, más llama la atención. Sí reciben fondos públicos pero, sobre todo, los reciben de manera indirecta. Es decir, no es tanto que se les dé dinero como a los concertados sino, sobre todo, en forma de exenciones fiscales. Por ejemplo, en algunas regiones, si escolarizas a tu hijo en un centro privado hará que pagues menos en la declaración de la renta. Y es un dinero que dejamos de ingresar a las arcas públicas. Y, al mismo tiempo, en algunas comunidades esa financiación llega también a través de becas, las mal llamadas becas, que serían cheques, y que solo pueden cobrar los alumnos que están matriculados en centros privados. 

“Cerrar aulas no tiene que ver con la elección que hacen las familias, tiene que ver con decisiones políticas. Y hay gobiernos que están haciendo una apuesta decidida por desmantelar el sistema público y por reforzar o crear estructuras privadas” 

Aunque en términos prácticos es un dinero que se transfiere a las familias, el objetivo no es otro que facilitar que se acuda a los centros privados. Los casos más graves se están observando en la Comunidad de Madrid. 

En Formación Profesional  y en el primer ciclo de educación infantil, en vez de construir plazas públicas y crear un sólido sistema público, lo que se está haciendo es tener muy poca oferta pública. Las familias tienen la necesidad de matricular a sus hijos e hijas o bien en FP o bien en Educación Infantil y se van a un centro privado. Posteriormente se sacan becas, las mal llamadas becas, como digo, que solo pueden ir destinadas a estos alumnos matriculados en centros privados. En términos prácticos, por tanto, la conclusión es que las familias necesitan menos dinero para poder ir a un centro 100% privado, por lo que realmente es una ayuda que recibe el centro.

“En términos prácticos, las familias necesitan menos dinero para poder ir a un centro 100% privado, por lo que realmente es una ayuda pública que recibe el centro”

Se detienen también en el poder tan grande que tiene la Iglesia Católica en la educación. Y hay un momento en el libro en el que da la sensación de que ustedes dan por hecho que es prácticamente imposible una escuela laica en España.

Actualmente la Iglesia ejerce un enorme poder. Nosotros empezamos ya, incluso en la introducción del libro, destacando que la educación es política y que cada uno quiere ejercer su influencia. Hay gente que esconde sus intenciones y parece que es una cuestión aséptica. Y en este caso, uno de los grandes agentes de influencia, y esto no hay que olvidarlo, es la religión. La Iglesia Católica ejerce una gran influencia a través de muchos canales, a través de sus centros, a través de los medios de comunicación que controla, a través de las editoriales de libros de texto que controla… En España tiene un gran peso en las decisiones políticas que se toman. 

“Aunque ha habido gobiernos y leyes promulgadas por gobiernos de diferentes ideologías, la asignatura de Religión católica ha prevalecido. A todo”

Pensemos también, por ejemplo, que aunque ha habido gobiernos y leyes promulgadas por gobiernos de diferentes ideologías, la asignatura de Religión católica ha prevalecido. A todo. Por tanto, en España ejerce una fuerte influencia que, en gran medida, es bastante anómala y bastante extraña. Nosotros creemos que la mejor manera de garantizar la libertad de conciencia y el respeto a todas las religiones es a través de una enseñanza laica. No obstante, la aritmética parlamentaria no invita a pensar que eso vaya a cambiar a corto plazo.

¿Cuál es la mentira o alguna de las mentiras sobre educación que más le duele?

Yo creo que lo que más me duele, y me duele porque no solo tiene que ver con la educación, sino con la sociedad en su conjunto, es esta creencia de que los resultados educativos vienen de la mano del esfuerzo y del mérito individual. A mis alumnos siempre les digo que, por favor, trabajen mucho y estudien mucho. Nosotros reconocemos el valor meritorio del esfuerzo, pero creemos que el esfuerzo no se premia igual. Es decir, dos alumnos pueden esforzarse en la misma medida y obtener unos resultados muy diferentes. Esto supone afirmar la importancia del mérito y el esfuerzo, pero reconociendo, cuando analizamos las trayectorias escolares, que existen muchas circunstancias que impactan sobre los resultados educativos. 

“La mentira que más me duele es la creencia de que los resultados educativos vienen de la mano del esfuerzo y del mérito individual”

Cuando observemos los resultados, cuando observemos las trayectorias escolares, debemos hacerlo a la luz de las circunstancias de cada persona. Porque, por desgracia, es muy frecuente encontrar titulares ensalzando los méritos alcanzados por algunas personas que, cuando vemos quiénes son, nos damos cuenta de que no son personas que tengan unas condiciones vitales normales, sino que son personas muy, muy favorecidas. 

¿Les ha llevado mucho tiempo realizar esta recopilación de educafakes? ¿Han tenido que buscar mucho o han salido de una manera fácil?

Este proyecto, en total, desde que empezamos a idearlo hasta ahora, ha durado dos años. No teníamos pensado un número, pero cuando empezamos a recoger mitos calculábamos 10 o 20. Cuando empezamos el proceso de recolección, buscando además en prensa declaraciones de políticos, en conversaciones que escuchábamos en nuestra vida diaria, llegó un momento en que decíamos «bueno, esto no puede ser infinito». Llega un momento en que tenemos que cerrar y ya teníamos más de 50 mitos. 

Del libro se puede extraer la conclusión de que la educación ha ido mejorando a pesar de no contar con un pacto educativo y haber ido de ley en ley en función del gobierno de turno.

Ojalá tuviéramos una ley consensuada por toda la Cámara parlamentaria y que fuera una ley maravillosa. Pero este escenario me parece bastante improbable. El ejercicio que hacemos en el libro es analizar cuáles podrían ser los escenarios que se podrían producir. Uno: una ley de mínimos que sería tan de mínimos que al final, en función del gobierno de turno y sus reales decretos diferentes, volvería a cambiar todo. Dos: una ley duradera, de consenso, pero mala. Entonces todos los males del sistema se reproducirían. Por tanto, la conclusión a la que llegamos es que un pacto educativo tampoco sería la panacea. No tiene por qué resolver todos los males. 

“Un pacto educativo tampoco sería la panacea. Tal vez más que una ley de máximos, la solución en educación puede venir por el consenso en puntos concretos”

Cuando miramos otros ámbitos, observamos que en España hay muy pocas políticas en las que haya una ley de pacto entre las principales fuerzas. Tenemos el pacto de la violencia de género, el de la ciencia, el de las pensiones… Pero fuera de estos temas no hay muchos más, y aun así se han resuelto algunas cuestiones. Por ejemplo, los accidentes de tráfico. Aunque no se ha consensuado una ley, se han logrado grandes mejoras. Tal vez más que una ley de máximos, la solución en educación puede venir por el consenso en puntos concretos. 

¿Cómo encara el nuevo curso?

Yo lo que digo siempre es cabeza alta y autocrítica. Creo que tenemos que estar contentos por el recorrido de España, por lo que  ha cambiado, por la evolución que ha hecho en el último siglo. En educación se ha producido una transformación increíble, a la altura de muy pocos países. Creo que se están haciendo las cosas cada vez mejor, pero al mismo tiempo creo que tenemos que hacer autocrítica y ver también los puntos débiles del sistema educativo, sobre todo los vinculados con la equidad, con las desigualdades, y trabajar con ahínco para poder resolverlos y seguir avanzando.

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