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Mireia Fresno, una de las responsables del centro de yoga. Foto: Mariam A. Montesinos | EFE

Yoga para repoblar la España vaciada: un centro espiritual hinduista reflota una aldea de Zamora

Comentarios del Observatorio

Desde RedUNE y otras organizaciones de prevención del sectarismo se alerta frente a la proliferación de este tipo de centros, que amparados en la buena fama de las prácticas de yoga y otras disciplinas de origen oriental, atraen a personas vulnerables y les terminan oprimiendo. Desconocemos la naturaleza de este centro, pero parece encajar en el perfil de este fenómeno contra el que nos previenen.

El yoga y otras disciplinas similares pueden suponer un ejercicio muy saludable y positivo para las personas, pero en muchas ocasiones, y este parece ser el caso, va asociado a un discurso mágico que está en el origen de la disciplina misma, y que suele consistir en una pseudoterapia que afirma tener capacidad de curar patologías que bajo ningún concepto podrían sanar por efecto de la práctica del yoga.

Las administraciones locales que fomentan políticas de repoblación de núcleos poblacionales vaciados deben tener cuidado para que sus políticas no terminen suponiendo la concesión de privilegios a organizaciones sectarias.

Lo que antes era un centro de turismo rural en horas bajas se ha convertido en alojamiento permanente para una veintena de personas

Con medio centenar de vecinos en su mayoría jubilados, Brandilanes (Zamora), como muchos otros pueblos de la España vaciada, caminaba lentamente hacia su desaparición hasta que un proyecto asociado al yoga y el desembarco de una comunidad hinduista ha logrado reflotar y rejuvenecer ese pueblo de “la raya” fronteriza con Portugal.

Lo que antes era un centro de turismo rural en horas bajas se ha convertido en alojamiento permanente para una veintena de personas llegadas de la comarca del Vallés de Barcelona, entre los que hay teletrabajadores y voluntarios que acondicionan las instalaciones para convertirlas en un espacio de meditación de referencia para adeptos a la filosofía hinduista de toda España.

La coordinadora del grupo, la argentina Mireia Fresno, explica que estuvieron buscando un lugar de paz y tranquilidad por distintos lugares, primero en Cataluña y luego en toda España, hasta que llegaron a Brandilanes y decidieron adquirir la casa rural del pueblo.

En el grupo hay dos madres con bebés y un niño de dos años, por lo están “colaborando a que la población aumente”, detalla Mireia Fresno, que se muestra muy agradecida con la acogida en el pueblo, ya que algunos vecinos se acercan a traerles verduras, otros les preguntan qué necesitan y algún trabajador de la construcción incluso les ayuda en la rehabilitación. Por el momento, ya tienen listo el edificio principal del futuro centro espiritual, con habitaciones para medio centenar de personas.

Las obras las continúan ahora en un segundo inmueble que acondicionan como sala de meditación y un tercero que acogerá una biblioteca especializada en hinduismo y yoga con 15.000 títulos, lo que la hace una de las más grandes de España dedicada a esta religión y a la disciplina india que conectan cuerpo, respiración y mente.

Un operario trabaja en el interior del centro de Yoga que reactivará Brandilanes, en Zamora
Un operario trabaja en el interior del centro de Yoga que reactivará Brandilanes, en Zamora

Ese espacio de lectura lo ocuparán libros como ‘Las bases del yoga’ (editorial Kairós), cuyo autor, Swami Satyananda Saraswati, es el líder espiritual del grupo. Tras décadas de peregrinación por lugares sagrados de la India, hace cinco años Swami Satyananda Saraswati creó la ‘Kailash Ashram’, un lugar dedicado a la práctica intensa de la meditación y el estudio que ahora ha trasladado a Brandilanes por la paz que se respira en ese entorno natural rodeado del silencio de la reserva de la biosfera Meseta Ibérica.

Vecinos del pueblo como Ángel Martín, ya jubilado a sus 64 años, saludan la llegada de forasteros. “Ojalá vinieran más, porque quedamos cuatro, y contados”, asegura, para recordar que la casa rural en la que se han instalado llevaba cerrada bastantes años antes de su reforma. “Si no viene esta gente sería una escombrera”.

El alcalde de Fonfría, Sergio López, confirma la buena relación entre los recién llegados y el resto de vecinos. Aunque no profesan la misma religión “no hay ninguna pega, ni por una parte ni por la otra”.

El Ayuntamiento aplaude su llegada porque los nuevos empadronados ya disponen de cartilla médica en Brandilanes y entre ellos hay bebés que en un futuro estudiarán en el colegio de Fonfría y evitarán así su cierre, ya que ahora únicamente tiene seis alumnos.

“Ellos vienen buscando el contacto con la naturaleza, el paisaje y la tranquilidad del entorno y eso lo podemos ofrecer a paladas”, explica el alcalde de Fonfría, que a tan sólo ocho kilómetros de Brandilanes también tiene sobre la mesa otro proyecto que busca esas mismas características.

Recientemente, Salto de Castro, un anejo que llevaba décadas deshabitado, ha sido comprado por 300.000 euros por un empresario de Toledo que quiere rehabilitar las 44 viviendas y la hospedería de ese pueblo para convertirlo en un gran centro de turismo rural, otra iniciativa que confirma el milagro de la repoblación en ese municipio de la España Vaciada.

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