Después de que el miércoles el mismo Benedicto XVI saliera a desmentir públicamente que en su entorno se desarrolla una guerra de facciones para hacerse del poder vaticano, y acusara a los medios de dar “versiones gratuitas” de lo que sucede intramuros del pequeño Estado, quien ayer salió a la prensa para desmentir una supuesta renuncia del Papa fue una figura prominente: el decano del ilustre Colegio Cardenalicio, el purpurado italiano Ersilio Tonini.
“El Santo Padre no renunciará nunca al pontificado aunque haya alguien más o menos astuto, más o menos imbécil que quiera enlodarlo”, dijo el cardenal en una entrevista con el diario L’Eco di Bergamo.
“Dejemos en paz a Benedicto XVI: no renunciará a su cargo, lo digo del modo más absoluto, jamás dimitirá y, además, por qué debería hacerlo, se quedará donde está”, dijo Tonini, uno de los altos prelados más populares en Italia, cuando se le preguntó sobre el llamado Vatileaks. El escándalo desatado por el robo de documentos confidenciales del Papa que fueron entregados a la prensa, llevaron a la detención de Paolo Gabriele, “Paoletto”, como llaman cariñosamente en la Santa Sede al infiel mayordomo papal, sindicado como principal responsable de una facción de laicos y cardenales que pretende limar la imagen de Benedicto y hacerse del poder vaticano. Cuando los periodistas consultaron a Tonini sobre “qué podría esconderse detrás de la filtración de los documentos reservados”, el cardenal sólo respondió con un enigmático “en mi opinión este es el momento de los jugadores de azar”. Fue entonces cuando dijo que su “impresión es que existe alguien más o menos astuto, más o menos imbécil que quiera enlodarlo (al Papa)”.
En cuanto al arresto de Gabriele, el cardenal dijo que su impresión es que “se quiso intervenir de manera enérgica por temor a que pudiera pasar algo peor”. Tonini eludió aclarar qué quería decir cuando hablaba de que podría pasar “algo peor”. De la misma manera, también evitó referirse a la súbita designación al frente de la gendarmería vaticana –la seguridad interna– del comandante Domenico Gini, un ex jefe de los servicios secretos italianos. Una versión dada por el diario La Repubblica indicó que el hecho de que Gini se haya hecho cargo de la investigación del Vatileaks es la prueba más contundente de la gravedad de la trama que se sustancia en el corazón de la Iglesia.
Ayer se supo que el juez instructor del tribunal vaticano, había decidido posponer el interrogatorio a “Paoletto” hasta la próxima semana, dijo el vocero papal, Federico Lombardi. El sacerdote trató de restarle entidad a ese trámite crucial, señalando que el interrogatorio se llevará a cabo sólo porque así lo pidieron sus abogados, que previamente quisieron mantener reuniones con Gabriele, como la que tuvieron el miércoles, “para tener una visión adecuada y un cuadro completo con el cual presentarse ante el magistrado”.<
Ansa