Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Valorando el laicismo en Siria

Es el texto de una charla que presentó en un congreso de «Conexiones en Políticas Sociales» Foro Público el 6 de noviembre de 2014 en Melbourne

Estoy muy agradecida por la oportunidad de hablar sobre la Siria ‘laica’, tal como la conocí.

Es una oportunidad para llamar la atención sobre el pueblo de Siria, un pueblo de paz, que ha sido totalmente ignorado por nuestros medios.

Siria laica

Siria es un país laico. Pero el laicismo se expresa de diferente manera en diferentes países, así que, ¿qué significa en el caso de Siria?

Como en Australia, en Siria hay libertad de culto. Es justo decir que todas las religiones coexisten en armonía.

Y el estado no favorece a ninguna religión en particular, aunque una religión (el Islam) es predominante.

Esto significa que las celebraciones tanto del Islam como del Cristianismo son fiestas nacionales. (En una de mis visitas a Damasco, la Navidad y la festividad del Eid casi coincidieron, así que las decoraciones en los zocos ese año eran tanto para musulmanes como para cristianos.)

No hay colegios religiosos en Siria. Hay clases de religión en los colegios, y un libro de texto nacional para los alumnos musulmanes y otro para los alumnos cristianos. (No estamos hablando de zonas controladas por el Estado Islámico u otros insurgentes.)

Siria es la República Árabe Siria. No es un estado musulmán, por lo que no hay una política religiosa, por ejemplo.

Si se ejerce presión sobre alguien para que profese una religión en particular, por ejemplo que asista a la iglesia o a la mezquita con regularidad, o si es mujer que lleve hijab, esta presión viene de la familia o de la comunidad en la que vive, no del gobierno (ni de clérigos con poder religioso a nivel nacional.)

Sin embargo, la constitución sí estipula que el presidente debe ser musulmán.

La mujer y el vestido

La posición de la mujer dice mucho sobre una sociedad. Al menos la mitad de mis alumnos en el British Council eran mujeres, muchas de ellas mujeres profesionales: abogados, doctoras, profesoras, científicas, mujeres de negocios o funcionarias.

Una de mis alumnas trabajaba en el Ministerio de Sanidad. Era una madre soltera que conducía un viejo Volkswagen Escarabajo. Su ambición era llegar a ser Ministra de Sanidad, sueño no imposible, ya que hay bastantes mujeres en el Parlamento Sirio. Como no llevaba hijab, yo no tenía ni idea de cuál era su religión.

A no ser que hubiera presión por parte de la familia o la comunidad, como he mencionado, las mujeres eran libres de vestir como quisieran.

En mis clases había mujeres muy elegantes que no proporcionaban indicación alguna sobre su fe por la forma de vestir. Una joven doctora me explicó que su madre no llevaba hijab, pero ella eligió llevarlo cuando tenía 17 años porque le ayudaba a sentirse más cerca de Dios y también le hacía la vida más fácil cuando pasaba al lado de los chicos de camino a la parada del autobús.

Las mujeres en Siria son libres de llevar el hijab al trabajo, a la universidad y al colegio, si quieren. En cambio las presentadoras de televisión no podían mostrar ningún símbolo de su religión, por lo que no podían llevar ni hijab o ni una cruz.

En cuanto al nicab (el velo que cubre la cara), no estaba permitido que lo llevaran las profesoras. Algunas de las primeras manifestaciones del 2011 fueron en protesta por esta restricción.

Una buena amiga mía en Siria era soltera y profesora de secundaria. En público llevaba el tradicional hijab blanco y un abrigo largo que muchas mujeres en Damasco llevan. Siempre que salía con ella me impresionaba la manera con la que se dirigía a los camareros, tenderos o policías, por ejemplo, siempre con confianza, franqueza, y con una sonrisa. Había dignidad en como hablaba con ellos y en como le respondían. Ésta era la forma normal y aceptada de comunicarse en Damasco, de la que yo fui testigo.

Como mujer sabía que no debía ser amigable con desconocidos en la calle, pero podía mantener una conversación agradable con el hombre de la tienda de la esquina cuando iba a comprar pañuelos de papel o cervezas. (Yo raramente compraba cerveza, pero sí se podía comprar bebidas alcohólicas en algunas tiendas del barrio.)

Conservadurismo religioso

Se puede decir que las mujeres en Siria tienen los mismos derechos y básicamente las mismas oportunidades que los hombres, por lo que es una sociedad de Oriente Medio muy progresista. Sin embargo sí hay conservadurismo religioso en Siria, pero yo no lo percibía como algo negativo; no lo juzgaba. De ninguna manera pensaba que fuera hora de que los conservadores religiosos se despertaran y adquirieran las denominadas actitudes modernas. Siria es una sociedad diversa y esa es una de sus grandes maravillas. Su diversidad la enriquece.

Una amiga mía, soltera, una mujer profesional altamente competente que vestía con ropa de estilo occidental vivía en en una zona conservadora de Damasco, en el barrio viejo, de callejuelas estrechas, donde los vecinos se conocían. Sus amigos la visitaban, incluido sus colegas masculinos. Puede que tuviera vecinos que condenaran su conducta, pero en general se sentía bienvenida y estimada en la comunidad. Cuando la visitaba no sentía que hubieran ojos entrometidos y críticos mirándonos.

Cuando fui a vivir a Siria, llevé unas láminas a enmarcar para las paredes del piso que había alquilado. Una de ellas era un cuadro de una mujer desnuda de Matisse. Al verla, el dependiente se ruborizó. Inmediatamente le dio la vuelta para no tener que mirarla. La midió y nos la devolvió a mi marido y a mí. Hizo el marco, pero nosotros tuvimos que poner la lámina dentro. No hubo ninguna agresividad en su respuesta; no nos juzgaba. La interacción fue cálida y amistosa, como invariablemente lo era en las tiendas. Éste es un ejemplo de conservadurismo, simplemente una de las maneras aceptadas de ver la vida, la religión.

Llegué a Damasco a finales del 2003, cuando era poco habitual ver matrimonios cogidos de la mano. Sin embargo, en una visita en 2010, habían grupos de jóvenes alegremente cogidos de la mano. Era maravilloso de ver. Estas libertades sociales que traían alegría consigo iban en aumento.

La religión es tabú

Ahora estoy hablando de la Siria que conocí antes de la crisis. Preguntarle a alguien sobre su religión estaba mal visto. Era un tema que se trataba con sensibilidad y respeto, si es que se trataba.

Creo que esto les daba a los sirios una de las libertades más preciadas que se pueda tener, la libertad de acercarse a los demás miembros de la sociedad – sin importar su origen religioso o étnico – con el corazón abierto. Refleja una convicción australiana básica: respeto hacia todas las personas. Es una convicción fácil de poner sobre el papel, pero no es algo que se manifieste automáticamente en una sociedad.

Un día, estaba en un taxi en un atasco en la ciudad vieja de Damasco. El taxista dejó paso a un hombre en bicicleta, y el ciclista, un hombre de mediana edad, sonrió y le envió un beso. Actos fortuitos de cariño entre desconocidos eran parte de la vida en Siria. Sentía que ser amable era ser sirio, y ser fiel a tu fe, sea cual fuere. Se respiraba amor en la Siria que conocí.

Islam y el Gran Mufti

Viviendo an Siria aprendí que el Islam no tiene sólo dos ramas principales, suní y chií. También tiene numerosos matices y expresiones. Existen diferentes escuelas legales religiosas, por ejemplo, con diferentes interpretaciones de la sharía. Además, el Islam en Siria tiene sus raices en el Islam sufí que se remonta a muchos siglos atrás, mientras que el Islam de Arabia Saudí, por ejemplo, se basa en el Islam wahabí, que es mucho más reciente y mucho más exclusivo. Desarrolló lazos estrechos con la familía real saudí, en el centro del poder en Arabia Saudí, por lo que está profundamente involucrado en la política.

En Siria se pueden encontrar una gama de actitudes hacia el Islam, desde las mujeres que escogieron no llevar hijab hasta los sirios que regresaron de trabajar en los países del Golfo con una visión más severa del Islam que la de sus familiares y amigos. Pero la celebración del Ramadán y del Eid unía a los musulmanes sirios. Era inusual que un musulmán sirio no ayunara o no celebrara el Eid.

Me gustaría referirme al Gran Mufti de Siria, Sheik Hassoun. En las noticias estos día probablemente sólo se le describa como un partidario de Assad. No se da ninguna indicación de su complejidad. Sin embargo, entenderle nos puede ayudar a entender a la laica Siria.

Sheik Hassoun es un líder religioso carismático, que hizo unas llamadas ‘declaraciones polémicas’ en una visita a Alemania en 2007.

Aparentemente dijo que él seguía todas las ramas del Islam. Dijo, “Soy suní en la práctica, chií en lealtad. Mis raices son salafis, y mi pureza sufí”. Dijo que no había contradicción alguna en ser suní y chií al mismo tiempo.

También declaró que la mayoría de las llamadas ‘guerras santas’ se libran por motivos políticos o no-religiosos.

Para Sheik Hassoun, rezar en una iglesia o en una sinagoga es como rezar en una mezquita porque, señaló, “todas son la casa de Dios”. También expresó respeto por el antiguo Guía Supremo de los Hermanos Musulmanes Sirios, cuyos sermones había escuchado de niño en la Mezquita Umayyad.

En 2011, el hijo del Gran Mufti, un estudiante universitario, fue asesinado por rebeldes, y el Gran Mufti hizo un discurso conmovedor en el funeral de su hijo en la Mezquita Umayyad. Poco después el Gran Mufti también asistió en una iglesia a un oficio religioso por su hijo y por Sari Saoud, un muchacho cristiano que fue asesinado en Homs por los llamados rebeldes.

Me gustaría decir algunas cosas sobre la Mezquita Umayyad – la mezquita principal en Damasco. Para empezar, está abierta a todo el mundo, turistas y fieles, creyentes y no-creyentes, aunque sigue siendo una casa de oración. Los niños se encuentran en ella como en casa. La mezquita se encuentra en un lugar que en el pasado fue un templo a un dios pagano, después se convirtió en un templo al dios romano, Jupiter. Más tarde se estableció una catedral bizantina, y durante unos años en el lugar convivieron tanto la catedral como una mezquita. Esto nos recuerda que Damasco es una ciudad antigua; de hecho es la más antigua ciudad del mundo habitada ininterrumpidamente. Uno de los tres minaretes de la mezquita se llama el Minarete de Jesús – se cree que Jesús descenderá de él al final del mundo. En 2002, el Papa Juan Pablo visitó la Mezquita Umayyad – la primera vez que un Papa entraba en una mezquita. El anciano imán de la Mezquita, Sheik Buti, un islamista altamente reconocido que solía hablar en la televisión siria cada viernes, fue asesinado en un ataque suicida al principo del año pasado – 48 de sus alumnos murieron con él.

Ésta es la Siria en la que viví y que visité. Si el amor es un músculo, se ejercitaba con profusión en Siria.

Lo que une a los sirios

Muchas cosas se reunen para hacer de alguien sirio. Los sirios están muy orgullosos de su país – su paisaje, su música, sus poetas y oradores, sus monumentos y ruinas, su independencia,  sus pricipios en el escenario internacional, sus héroes y su historia. Y las diversas fes eran parte integral del todo.

Los sirios son muy patrióticos, pero para nada de una forma agresiva.

No pretendo romantizar Siria, aunque sí encontré que era un lugar romántico para vivir. Como cualquier país, tiene su lado feo. Ciertamente existe corrupción. Hay prisiones, hay tortura, hay humillaciones, hay acoso sexual, hay abuso infantil, violencia familiar, asesinatos por honor, etc. Existen luchas humanas más grandes de las que enfrentan la mayoría de los australianos. Pero no es Australia, que está bien apartada de los problemas del mundo. Siria existe en el corazón de Oriente Medio. Incluso cuando yo viví allí era un país en una zona de guerra, en una región muy volátil. Y las respuestas de los países vecinos a los enormes desafíos que enfrentaban eran igual de limitadas, sino más. Por ejemplo, Turquía, un aliado fundamental de EEUU en Oriente Medio, tiene más periodistas en prisión que cualquier otro país.

Pero la Siria que conocí era una sociedad unida por el respeto y la ayuda que los sirios se ofrecían entre sí, los vículos sinceros que establecían, incluso si era en una simple transacción en una tienda.

Es un país laico, pero en esencia un país muy devoto. La llamada a la oración siempre era parte del día, y los domingos las campanas de las iglesias repicaban.

La esencia de la religión – el amor – está en el aire que se respira en Siria.

Sólo en una ocasión en una incómoda conversación escuché a un sirio relacionando puntos de vista políticos y religiosos de una manera agresiva, y no estaba contento con Australia por nuestro papel en la guerra de Irak.

Ed Husain, uno de mis colegas en el British Council, había sido islamista en Gran Bretaña antes de ir a estudiar y a dar clases en Siria. Escribió que en Siria,

..No existía ni fanatismo religioso ni ostentación en el nombre de Dios. … Los sirios no exhibían su Islam. No lo necesitaban. En un país musulmán no necesitaban demostrar que eran musulmanes… la comunidad cristiana no necesiba manifestar su religión en público tampoco. (página 225 El Islamista)

Al igual que lo sería Australia, Siria es un país digno de de ser defendido.

Activista por la paz

Me describo a mí msima como activista por la paz. Mi activismo por la paz data de mi implicación en el movimiento contra la guerra de Vietnam, cuando fui consciente de que se estaba mintiendo para promover la guerra, cuando incluso personas bien intencionadas creían esas mentiras y las difundían.

Y en ese moemento, en especial en EEUU, se necesitó personas informadas y valientes, en los medios, en las iglesias y en las universidades, que cuestionaran esas mentiras para que pudiera haber paz. Y en los paises de Indochina un extraordinario nivel de valor y resistencia fue necesario para sobrevivir la guerra.

Sectarismo

Así que desarrollé un cierto entendimiento sobre el activismo, la propaganda y la guerra. Pero además, crecí en la decada de los 50 y los 60, por lo que era consciente de una horrible tensión sectaria en Australia. Muchachos protestantes y muchachos cristianos se tiraban piedras unos a otros. Uno de mis tíos se fue de una entrevista de trabajo cuando le preguntaron por su religión.

Entiendo lo fácil que es sembrar las semillas del odio y la desconfianza, incluso en los apacibles australianos.

Y la historia de Lindy Chamberlain es un recordatorio de la facilidad con que se difunden mentiras y son generalmente aceptadas como hechos. Basándose en rumores y noticias en los medios y una investigación chapucera, la gente estaba segura que Lindy había asesinado a su bebé.

Para sembrar el odio sectario, condenar a una persona o a un grupo de personas o incluso a otra nación sólo se necesitan unas cuantas historias, que sean repetidas durante un periodo de tiempo por personas influyentes y entonces son aceptadas como la verdad. Redes sociales, imágenes y vídeos online hacen que ahora sea más fácil que en pasado difundir información falsa y engañosa.

Las limitaciones de tiempo, las circumstancias y el sesgo de los medios no permiten las investigaciones rigurosas necesarias para esclarecer la verdad.

La repetición crea ‘verdades’

En consecuencia, la mayoría de los australianos creen que el gobierno sirio utilizó armas químicas contra su propio pueblo en un barrio residencial de Damasco el 21 de agosto del 2013. Han visto terribles imágenes que muestran a las víctimas del presunto ataque químico, y han oido al Secretario de Estado de EEUU y a otros políticos declarar a Assad culpable. Han leído artículos de respetados comentaristas coincidiendo con los políticos. Por ejemplo, el presentador de radio y televisión Waleed Aly escribió en AGE el 12 de junio del 2014 que en Siria,

“un dirigente exactamente igual de brutal que Saddam Hussein, está actualmente en el proceso de llevar a cabo violencia masiva contra su propio pueblo. Éste es un dirigente que alegremente ha saltado lo que Barack Obama llamó su “línea roja” al utilizar armas químicas contra ellos, lo que demuestra que esa línea roja no significaba nada.”

En Occidente esta afirmación ha sido repetida con tanta frecuencia que es un hecho aceptado. Y sería posible que alguien que desconoce Siria la escribiera en un artículo. Para escribir sobre el conflicto en Siria existe una fórmula. Condena a Assad y a los alawitas y tu artículo tiene muchas posibilidades de ser publicado, incluso aunque de hecho no sepas nada.

Pero respetados expertos imparciales han desafiado la versión de los grandes medios del ataque químico. Por ejemplo, el Profesor Theodore Postol del MIT es coautor de un amplio informe que concluye que el gobierno de Assad con toda probabilidad no fue responsable del ataque químico. El veterano periodista estadounidense Seymour Hersh ha escrito artículos llegando a la mism conclusión, basados en entrevistas a personas de la comunidad de inteligencia de EEUU.

El ataque químico y otras presuntas masacres que todavía tienen que ser seriamente investigadas continúan siendo los puntos de referencia para políticos y comentaristas y el público en general en Occidente. Silencian de forma efectiva cualquier voz discrepante, ya que al discrepar se corre el riesgo de ser etiquetado como “apologista de Assad”. Y así la campaña para destruir a la secular Siria puede continuar.

Irónicamente, Waleed Aly escribió su comentario sobre la ‘brutalidad de Assad’ justo una semana después de las elecciones presidenciales en Siria en las que hubo una gran participación y el presidente recibió un inmenso apoyo.

¿La mayoría del pueblo sirio participaría en unas elecciones y votaría por un presidente que presuntamente les estaba asesinando?

Sectarismo y genocidio

Desde el comienzo de la crisis, la ‘revolución’ se trazó en líneas sectarias. Uno de los cánticos que se oían en las manifestaciones antigubernamentales era “Los cristianos a Beirut; los alawitas a la tumba.”

Pero cuando un llamado tan escalofriante al genocidio fue mencionado en la prensa occidental, invariablemente se legitimó con descripciones sectarias del conflicto; la más repetida de ellas ‘un régimen alawita está oprimiendo a la mayoría suní’.

De hecho, en el gobierno sirio predominan los sunís – los Vicepresidentes y el Primer Ministro son sunís. Los ministros más influyentes son sunís, por ejemplo el Ministro de Defensa, el de Asuntos Exteriores, el de Interior, el de Justicia. Ali Mamlouk, consejero clave de inteligencia del Presidente, es suní. (Es el hermano de una antigua arrendadora mía.)

El odio sectario presentado como comentario político es aceptado. Debemos ser conscientes que en algún momento todos podemos ser víctimas de esto.

No pretendo ser una experta sobre Siria. Los verdaderos expertos son el pueblo de Siria, los que están viviendo la pesadilla de la guerra. Siria tiene más o menos la misma población que Australia, así que podemos entender que se necesita escuchar muchas voces diferentes para poder tener un entendimiento justo de los puntos de vista de 23 millones de personas. Y definitivamente querríamos escuchar las voces de las personas que no hablan en términos sectarios. Debemos suponer que son la mayoría. Debemos suponer que la mayoría de sirios quieren paz, reconciliación y normalidad para ellos, para sus hijos y para los hijos de sus hijos, al igual que nosotros.

La ‘revoluion’ vs el ‘régimen’

Sin embargo, un pequeño pero muy ruidoso porcentage de sirios, en Siria y en la diaspora siria, quieren que la guerra en Siria continúe. Las líneas están claras para ellos. Es la ‘revolución’ o el ‘régimen’, y Assad se tiene que ir, siendo el ‘régimen’ el estado laico, que millones de sirios apoyan, confían en sus instituciones, y apoyan al Ejército que lo defiende.

Sheik Yusuf Qaradawi,alguien que ha sido descrito como el líder espiritual de los Hermanos Musulmanes, dijo en Al-Jazeeraa finales del 2011, “Si es necesario asesinar a un tercio del pueblo sirio para deshacerse del régimen herético, está bien.” Sheik Qaradawi de hecho estaba aprobando el asesinato de 7 millones de personas.

Recientemente se ha informado de que 40.400 soldados sirios han muerto defendiendo lo que Qaradawidescribe como un ‘régimen herético’. Es básicamente un ejército no-profesional, que refleja la composición de la sociedad siria, por lo que la mayoría de los soldados son musulmanes sunís – el Ministro de Defensa es musulmán suní. Sin duda alguna soldados sirios sunís que defendían su patria laica han sido decapitados por yihadistas sunís de países laicos.

Si Assad se fuera, el Ejército Sirio no depondría las armas y daría la bienvenida a insurgentes, del país o extranjeros. Si lo hicieran estarían rindiéndose ante los planes de los países que quieren destruir su patria a través de la creación de odio y divisiones sectarias.

Conclusión

Se teme que en los próximos años pueda haber una guerra mundial. Por nuestra alianza con EEUU, Australia participa en los preparativos para esa guerra.

Crecí en un mundo en el que las voces más poderosas eran de anglosajones blancos protestantes, y su poder lo expresaban a través de su idioma, el inglés. No tendremos un mundo en el que vivir si esta situación continúa.

Para sobrevivir el siglo XXI debemos ser leales a los mejores de entre nosotros, a los mejores de nuestras fes, sea la que sea, de nuestros valores y de nuestros sistemas de creencias. Debemos cuestionar agendas nacionales sectarias y las mentiras e hipocresía necesarias para apoyarlas. Nuestra aceptación de las mentiras puede llevar a corto plazo a la muerte de cientos de miles de personas en otros países y a largo plazo puede poner en peligro la seguridad y la paz en Australia y en el resto del mundo.

Creo, que en gran medida, Siria tiene al mundo en sus manos. Nuestra supervivencia depende de su supervivencia y su supervivencia depende de personas que escriban y hablen sobra Siria honestamente, sin eslogans ni etiquetas.

Aquellos que tienen una agenda guerrerista tienen que ser desafiados. Y la llamada ‘revolución’ cuyo objetivo es la destrucción de la secular Siria, tiene que ser desafiada.

El amor, la conexión, y la diversidad que sentí y ví en Siria deberían ser preciados, no destruidos.

Los sirios dice, “Dios salvará a Siria”. Pero Dios necesita ayuda.

6 de noviembre, 2014

Susan Dirgham,

Coordinadora Nacional de “Australianos por Mussalah (Reconciliación) en Siria.”

Fotos realizadas por la autora.

Archivos de imagen relacionados

  • Siria 1
  • Siria 2
Total
0
Shares
Artículos relacionados
La Iglesia / Pedripol
Leer más

La casilla 105 · por Paco Cano

La Iglesia recauda 358 millones de las declaraciones de renta, pero solo un 2% se destina a asistencia…
Total
0
Share