Esta propuesta más parece una cuestión de competencial empresarial que una eliminación de los privilegios a la Iglesia católica. Pero sería un avance que otros ayuntamientos ni se atreven a plantear.
Valencia quiere cobrar el IBI a la Iglesia, y por ello en Más Vale Tarde hemos entrevistado a su alcalde, Joan Ribó, que ha afirmado que no van a “emitir recibos a edificios de culto o de beneficio social. Es para empresas”. Ribó ha precisado que hay que “mantener una equidad con todas las empresas de la ciudad“, y ello pasa por “hacer pagar una serie de impuestos”.
En palabras del alcalde: “Si hacemos impuestos a un aparcamiento privado, tenemos que hacerlo pagar a cualquier aparcamiento, aunque este sea de la iglesia. Esa es la situación”. Sobre la mesa se han expuesto los posibles obstáculos que pueda encontrarse la corporación para llevar a cabo este plan.
En concreto, la intervención del cardenal Cañizares, sobre quien Ribó ha apuntado que no es su “intención tropezar con él”, porque guarda una “relación buena a pesar de las discrepancias” que han tenido en ocasiones. “Desde un planteamiento laico, todos somos iguales ante la ley, sea cual sea la religión, confesión”, ha explicado.
A Ribó también le han preguntado por las recientes declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, que afirmó que había que “replantearse la fiscalidad de la Iglesia católica” para que “contribuya a la justicia social”. Para el alcalde de Valencia, en este momento “se dan una serie de condiciones” para llevar a cabo esta acción.