La integración social se promueve respetando el Estado Laico
“Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna” (art. 5º de la Constitución de la República)
Una vez más, lamentablemente, la República y sus Instituciones Laicas asisten al triste espectáculo en el que el Comandante en Jefe del Ejército, el Gral. Guido Manini Ríos, antepone sus convicciones personales religiosas al de representante de una de las Instituciones del Estado. Ofende la libertad de Conciencia y de Pensamiento de todos los ciudadanos y particularmente de sus subordinados, siendo partícipe de una ceremonia religiosa el pasado 18 de mayo, en homenaje al día del Ejército vestido con su uniforme militar. Esta actitud constituye una violación del principio de laicidad del Estado consagrado en la Constitución de la República, y por lo tanto, un peligroso desafío a las instituciones, a la vez que un acto de provocación al conjunto de los ciudadanos.
Llama la atención el silencio de sus mandos naturales, tanto del Sr. Ministro de Defensa y el Sr. Presidente de la República (éste en su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas), como también del sistema político representado en el Parlamento Nacional, en los partidos políticos, entre otros.
A esto se suma el indisimulado esfuerzo de Daniel Sturla, jefe de la Iglesia Católica en nuestro país, más interesado por aparecer en los medios de comunicación, que en colaborar con el Poder Judicial de la República denunciando los casos de pedofilia que involucran a miembros del clero católico que obran en su conocimiento
Comportamientos como los del General Manini Ríos y de Daniel Sturla, pretendiendo reescribir la historia del Uruguay y la del prócer General Artigas, quién sentó las bases del Estado Laico en las Instrucciones del Año XIII al establecer que ‘’se promoverá la más amplia libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable’’, no contribuyen a favorecer la integración de nuestra sociedad uruguaya, tan preocupada legítimamente en estos tiempos en recuperar la convivencia pacífica, tolerante e imbuida en los valores cívicos republicanos tradicionales de laboriosidad, solidaridad, ideal de justicia, etc. Por el contrario, sus actitudes promueven la polarización, el fanatismo dogmático y la falta de respeto flagrante al Estado Laico, sus Instituciones, la Constitución de la República que es la norma superior, y de la figura de José Artigas, al presentarlo a él y a la gesta artiguista, prácticamente como una caricatura católica. ¿Qué pretenden Manini y Sturla con su accionar? ¿Imponernos a los uruguayos sus convicciones dogmáticas? Mientras Sturla usa el altar como tribuna política para hablar de integración, promueve la división de la sociedad planteando que ‘’la iglesia católica fundó la patria’’. No cuestionamos ninguna convicción religiosa, pero para practicarla tienen sus templos que están exonerados de impuestos (a diferencia de otras actividades) gracias al precepto constitucional de nuestro Estado Laico.
Es el deber de los funcionarios del Estado y de los gobernantes en todos sus niveles, respetar las normas que los ciudadanos nos hemos dado para convivir pacíficamente. Quién no las cumple, por acción u omisión, se sitúa en un lugar de privilegio que agrede la convivencia democrática y lesiona a las instituciones republicanas y laicas.
Hacemos un llamado a la ciudadanía a tomar conciencia de la gravedad de estos asuntos y a defender los principios republicanos y laicos, y a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial intervenir para tomar las medidas que correspondan en aplicación del marco jurídico vigente
Asociación Uruguay de Libre-Pensadores