Gobierno vasco se compromete a trabajar en un anteproyecto de Ley de Cultos con las diferentes confesiones religiosas y la ciudadanía
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado este miércoles que la libertad religiosa es «fundamental» y ha considerado que el diálogo debe ser «la herramienta central de gestión de nuestras diferencias», lo que «implica descartar la opción de vías impositivas o violencias».
Urkullu ha dado apertura a la ‘I Jornada sobre diversidad religiosa y convivencia» celebrada en la Universidad de Deusto, en Bilbao, en la que se ha presentado el informe sobre gestión de las políticas públicas en esta materia que el Gobierno vasco solicitó al Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto y la Fundación Ellacuría.
Este informe recoge los principales problemas a los que las diferentes confesiones religiosas se enfrentan en Euskadi y plantea propuesta de mejora, entre ellas, elaborar una Ley de Centros de Culto con cobertura global a todos los municipios de la Comunidad Autónoma Vasca y la creación de protocolos generales de uso de los espacios o equipamientos públicos que garanticen la igualdad de trato.
El informe contiene un borrador de ley que busca facilitar el ejercicio del derecho a la libertad de religión, en el que el Gobierno vasco se ha comprometido a trabajar con «las diferencias asociaciones y confesiones religiosas y con la ciudadanía».
En su intervención, el lehendakari ha recordado que en el año 2005 se celebró el primer «Congreso Internacional de Diálogo Intercultural e Interreligioso», y en marzo del pasado año se celebró un encuentro con representantes de diferentes confesiones religiosas, en el que se presentó la «Declaración institucional a favor de los valores de una convivencia interreligiosa e intercultural integrada e integradora».
Por ello, en la jornada de este miércoles «no partimos de cero, reconocemos el trabajo de las organizaciones pioneras», entre las que ha citado Barandiaran Kristau Alkartea, Pax Romana y Unesco Etxea. Asimismo, ha destacado «el trabajo y compromiso» de la Universidad de Deusto, más en concreto del Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe y la Fundación Ellakuria que hoy nos acompañan.
«Sabemos que la libertad religiosa está recogida en todos los ordenamientos jurídicos democráticos. Sabemos que se trata de un derecho fundamental, ahora bien, no es suficiente, y en nuestra vida en sociedad, a algunas personas les cuesta entender las opciones religiosas de otras, y viceversa», ha reconocido.
Por ello, ha considerado necesario «aprender a vivir en común» y ha dicho que, a quienes cuentan con responsabilidades públicas, les corresponde «favorecer el acercamiento, el entendimiento y la convivencia».
«Somos diferentes y somos iguales. Tenemos igualmente derechos y obligaciones y, cuando hablamos de identidades culturales y religiosas diferentes, tenemos que poner en común este principio elemental, de una profundidad radical», ha manifestado, para señalar que «la clave de nuestra convivencia reside en respetar que somos diferentes y en respetar que somos iguales en derechos y obligaciones».
Según ha subrayado, «en este punto está la clave de futuro de la convivencia y la libertad religiosa es fundamental», lo que implica «tener derecho a practicar la religión en unas condiciones dignas». En ese sentido, ha destacado la importancia del proyecto de Ley de Centros de Culto presentado en la jornada porque «necesitamos avanzar algo más».
Urkullu ha indicado que, desde su Gobierno, proponen «unos ejes de convergencia intercultural, interreligiosa e inter-conviccional que debemos explorar», entre ellos «tres que son básicos: derechos humanos, diálogo y empatía».
El lehendakari ha señalado que «los derechos humanos y el respeto a la dignidad humana que los fundamenta deben ser el punto de encuentro ético y universal que una a las distintas tradiciones religiosas y culturales».
Asimismo, ha manifestado que «el diálogo ha de ser la herramienta central de gestión de nuestras diferencias», y ha advertido de que «el compromiso con el diálogo implica descartar la opción de vías impositivas o violentas». En cuanto a la empatía, ha indicado que es «una experiencia que implica voluntad de acercarnos y reconocer lo que nos es desconocido».
«Convivir significa respetar los derechos humanos y practicar el diálogo, es necesaria la empatía, acercarse a las otras religiones sin prejuicios ni etiquetas», ha dicho, para señalar que la sociedad y las instituciones públicas deben impulsar «políticas sociales basadas en la igualdad y la solidaridad, orientadas a la integración, la cohesión y la justicia».
A su juicio, «el valor de solidaridad es indispensable para afrontar los retos de convivencia que representan la acogida a la población migrante y la integración de la pluralidad cultural y religiosa», y la educación es «un compromiso en favor de la convivencia y la integración en la pluralidad». Además, ha apostado por una educación «que compromete situar la dignidad humana de cualquier persona por encima de su etiqueta étnica, religiosa o política.
ANTEPROYECTO DE LEY
Por su parte, en su intervención en la jornada, la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando, ha reconocido la necesidad de una Ley de centros y espacios de culto en Euskadi, porque «los fenómenos religiosos han experimentado importantes transformaciones en las sociedades y la diversidad de creencias, así como los procesos de secularización, dan lugar a una diversidad religiosa creciente que se hace cada vez más relevante, y la inmigración en un elemento que potencia cuantitativamente esa diversidad».
Según ha dicho, «hoy en día todos los ordenamiento jurídicos democráticos y de derecho internacional de los derechos humanos reconocen que toda persona tiene derecho a la libertad religiosa y de culto», pero, sin embargo, «no podríamos afirmar con la misma contundencia que contamos con los instrumentos normativos suficientes para gestionar positivamente un gran numero de demandas y cuestiones que surgen en la práctica social por la presencia de esta nueva realidad plural».
Por ello, ha considerado «fundamental avanzar en la gestión de ese pluralismo y esa libertad y en la adopción de herramientas de gestión que posibiliten realmente el ejercicio del derecho fundamental protegido».
El objetivo es, según Hernando, dotar a la Comunidad Autónoma Vasca de «una regulación especifica relativa a los espacios y centros de culto que permita proteger el derecho a la libertad religiosa», así como dotar a las administraciones públicas de «criterios adecuados y consistentes de gestión para dar respuesta a las demandas relacionadas con los mismos, en el marco del planeamiento urbanístico general».
Tras señalar la «obligación» de los poderes públicos vascos de «adoptar medidas positivas para garantizar la libertad religiosa en plena armonía con el principio de no discriminación», Hernando ha dicho que el anteproyecto de Ley propuesto tiene el objetivo de dotar a las administraciones públicas vascas, especialmente a las locales, de «criterios de referencia para asegurar ese derecho sin discriminación, y garantizar las condiciones adecuadas de los espacios de culto, respetando cualesquiera otros derechos de terceras personas».
Por ello, ha trasladado el compromiso del Gobierno vasco a trabajar en este anteproyecto de Ley con la colaboración de «las diferencias asociaciones y confesiones religiosas, y con la ciudadanía», ya que «la gestión adecuada y positiva de la diversidad religiosa ha de hacerse desde la participación, la información, la sensibilización y la educación, como única manera de prevenir potenciales conflictos y como forma de potenciar la convivencia intercultural e interreligiosa, entendida ésta como un valor añadido y positivo en nuestra sociedad».