Los denunciantes, que sufrieron abusos entre 1973 y 1995 en varios colegios dirigidos por la orden, consideran que estos delitos son “de lesa humanidad” e “imprescriptibles”, según los estatutos aprobados por las Naciones Unidas
El escándalo de pederastia arrincona a la Compañía de Jesús en Bolivia. Medio año después de la publicación del diario del jesuita español Alfonso Pedrajas, ya fallecido, en el que admitía haber abusado de decenas de niños bolivianos gracias a la protección de sus superiores —lo que ha desencadenado una cascada de acusaciones contra una decena de sacerdotes en el país latinoamericano—, una veintena de víctimas ha denunciado este martes a la Compañía por encubrimiento, por proteger a los clérigos pederastas y silenciar a los afectados. Los demandantes, antiguos alumnos de varios colegios jesuitas que padecieron las agresiones sexuales entre 1972 y 1995, ya habían denunciado independientemente a sus agresores hace meses. Ahora, han interpuesto una grupal contra el actual provincial de la orden en Bolivia, Bernardo Mercado, “en calidad de máxima autoridad” de la institución. Los denunciantes acusan a la Compañía de ser autora “por omisión” de los delitos de violación a menores, ya que durante años tuvo conocimiento de los abusos sexuales que se producían y no hizo nada para frenarlos. Esta es la primera denuncia grupal de víctimas contra la orden en el país latinoamericano.