En el siglo XXI y en una universidad pública y laica, todavía permanecen como residuos del Nacional Catolicismo, capillas en diversas facultades de la Universidad Complutense. Es algo inaudito y totalmente innecesario dar un espacio privilegiado a una confesión religiosa en las instalaciones de una Universidad pública. Es una anomalía a los principios de igualdad y excelencia educacativa que rigen la UCM, y por si fuera poco las capillas ocupan un espacio que se necesita para las clases y actividades propias de una universidad.
Es un problema que afecta a todos los alumnos, a los profesores de la UCM y a los Centros y Facultades que carecen de aulas adecuadas para las clases.
Una universidad pública no es el espacio adecuado para cultivar o fomentar cultos religiosos, que pertenecen a la esfera privada y que deben tener su espacio fuera del campus universitario.
Puede firmar entrando en esta iniciativa de Juan Trouillhet Manso