El obispo Manrique quiso destruir más volumen del templo omeya y Carlos V lo frenó, según la investigación de la experta estadounidense Michele Lamprakos que verá la luz en un libro en 2025
La historia tradicional asegura que en 1523 el obispo de Córdoba, Alonso Manrique, toma la decisión de edificar un crucero de enormes proporciones en el eje de la gran Mezquita de Córdoba. Para ello, era necesario demoler las naves centrales del oratorio omeya, lo que acarrearía consecuencias nefastas para la concepción espacial de un formidable templo diseñado para el rezo islámico. Al día siguiente, el Concejo municipal ordena la paralización de las obras bajo amenaza de muerte para todos los operarios que trabajen en la destrucción del monumento andalusí. El obispo excomulga al Concejo local y desata un conflicto institucional sin precedentes, que resuelve el rey Carlos V en favor del prelado.