Las creencias dispares de los progenitores, uno católico y otro Testigo de Jehová, les lleva a juicio y perjudica a la pequeña
La religión ha convertido la vida de la hija de David y Ángela en una pesadilla. Aunque en un principio ambos progenitores eran católicos, años después de su divorcio, Ángela se hizo Testigo de Jehová, cristianos que basan su creencia en la Biblia y que entre sus comportamientos más polémicos está la prohibición de hacerse transfusiones de sangre, y decidió llevar a la pequeña de nueve años, Elena (nombre ficticio) que vive con ella, a sus reuniones semanales. Ante esta nueva situación, David, guiado por la preocupación y el miedo, decidió denunciar a su exmujer a principios de este 2017 para evitar que la menor acudiera con su progenitora a estas sesiones. Pero perdió.
La juez decidió que la niña podía acudir a estas reuniones religiosas porque “no ha quedado acreditado que perjudique gravemente la evolución espiritual de la menor”. En la desestimación reconoce que puede “originarle dudas”, pero que en ningún caso sería negativo para Elena convivir con ambas religiones.
La madre argumentó durante el juicio que el hecho de que su hija asistiera a estas sesiones no le condicionaba. Y sostuvo que era algo positivo porque cuando la pequeña sea mayor de edad “podrá elegir su religión con mayor pluralidad de conocimiento y que en esos eventos no se realizan actos de fe, sino que estudian La Biblia”. “En las reuniones dibujo y escucho, hablan sobre Dios”, nos cuenta la niña. “En este tipo de encuentros se leen pasajes del libro sagrado y se habla sobre cómo vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo”, explica por teléfono un miembro de la JW, la Congregación de Testigos de Jehová. Este colectivo considera que tanto la primera comunión como el bautismo solo se deben realizar a una edad en la que “estén capacitados para decidir, según lo consideren los miembros de la congregación”, agrega.
Días después de esta sentencia, la madre tomó la decisión de prohibir a su hija celebrar la comunión que tenía reservada para el próximo 13 de mayo. Hecho que contradecía la decisión judicial. “Mamá me ha dicho que la has denunciado”, le dijo Elena a su padre al salir del colegio, según afirma David. Ya había elegido el vestido para la comunión. Se había hecho las fotos y tenía organizada la fiesta. “Yo quiero celebrarla, pero no quiero que haya más líos”, explica la niña entre lloros en una grabación aportada por la familia.
A tan solo unos días del evento, David decidió recurrir de nuevo a los juzgados para pedir que dejasen a su hija realizar la primera comunión. Este jueves, los padres llegaron a un acuerdo para que Elena pudiera celebrar la comunión en una vista convocada de urgencia por la juez.
Religión en medio del conflicto
A pesar de que finalmente la pequeña hará la comunión este próximo domingo, David sigue preocupado. “Desde que la niña frecuenta esas reuniones”, explica, “está muy sensible con los temas religiosos”. “Por ejemplo, durante las navidades pasadas, se puso a llorar cuando escuchó un audio satírico sobre el portal de Belén e, incluso, no quiso llevarse a casa de su madre los regalos”, relata. “Y tan solo hace unos día, Elena me pidió un ratón de juguete que vio en una tienda, aunque no paraba de repetir que no me lo había pedido de forma reiterada”, explica el padre preocupado. “Ya no es caprichosa como los demás niños”, continúa.
Ante esta situación de conflicto, Timanfaya Hernández, psicóloga forense de Globaltya Psicólogos, considera que “lo que afecta a Elena es el choque entre los padres. Y crea un conflicto de lealtades, la niña siente que debe elegir entre católicos y testigos, o lo que es lo mismo entre su padre o su madre”, comenta la experta. Para Hernández esta situación puede afectar a la niña “en su desarrollo y en las decisiones que pueda tomar en un futuro”, como con algunas de las más controvertidas creencias de los Testigos de Jehová como que no acepten una transfusión de sangre. “La disputa entre los padres puede generar también en la niña problemas de conducta, irritabilidad, dificultad para expresar sus emociones, déficit de atención…”, añade. “Debería haber una mediación en el caso para que la menor no se vea obligada a elegir”, concluye Hernández.
SOBRE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ
JAVIER DE BENITO
Los Testigos de Jehová siguen los principios de La Biblia. “Para nosotros, el modelo de conducta perfecto es el de Jesucristo, e intentamos seguirlo”, menciona un miembro de la JW, la Congregación de Testigos de Jehová. Consideran que el catolicismo está impregnado de tradiciones de origen pagano, como por ejemplo el uso de imágenes para la adoración. Respecto al bautismo, creen que solo alguien puede pasar por dicho rito por decisión propia. Son los miembros de la propia congregación los que deciden si un niño es lo suficientemente “maduro” para poder decidir si quiere ser bautizado. Su forma de impartir la palabra de Dios es mediante reuniones. “Hablamos de cómo aplicar los principios del libro sagrado a nuestra vida”, sostiene el Testigo. Dos semanales de entre una y dos horas de duración, y tres de mayor envergadura anuales que duran días. Una de sus creencias más controvertidas es que no aceptan donaciones de sangre porque “violan los principios bíblicos”.