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Una musulmana iraquí gana un juicio por el acoso religioso de un concejal ‘tory’ de religión sij

La diversidad cultural y religiosa de Inglaterra ha quedado retratada en un juicio laboral que ha tenido lugar en los juzgados de Bristol, suroeste de Inglaterra. Zeinab Alipourbabaie, de 39 años de edad, ingeniera iraní de religión musulmana, arropada por la abogada Leila Moran, ha ganado la vista judicial contra el ingeniero Kamaljit Chana, de origen asiático y religión sij, además de concejal del Partido Conservador en el Ayuntamiento de Harrow, norte de Londres, zona multicultural y multiétnica. La demandante acusaba al demandado de acoso y discriminación religiosa y constructive dismissal (despido improcedente por dimisión forzada). Una conjura de estereotipos con perjuicios para todos que sienta precedente en la judicatura: el acoso religioso en el lugar de trabajo.

Zeinab entró a trabajar en 2014 en la empresa Dyson Technology Ltd. (de James Dyson, el de las aspiradoras) en el desarrollo de un vehículo eléctrico. En enero de 2017 se incorporó al proyecto Kamaljit Chana, quien la tenía ojeriza por ser musulmana. Según ha testificado ella en el juicio, Chana le preguntó de dónde era y si era musulmana. “Vengo de familia musulmana”, contestó ella. “A mí no me gustan los musulmanes”, “los musulmanes son violentos”, prosiguió él con comentarios de este tipo así como referencias a los atentados terroristas del 9/11 o a que “hombres pakistaníes corrompen a nuestras niñas” o “mi familia no sube a aviones desde el 9/11 porque tiene miedo”. En el juicio, él ha negado las afirmaciones, sin embargo, el juez ha dicho que las pruebas presentadas por ella eran convincentes.

Chana progresivamente excluyó a Zeinab de las reuniones, los correos electrónicos o las comunicaciones del equipo que trabajaba en el mismo proyecto. La hostilidad de él contra ella fue en aumento, detectada por otros compañeros en reuniones en las que se trataba la promoción laboral de los empleados. Ella resistió hasta junio de 2018 cuando dejó el trabajo. Según el juez, la exclusión de reuniones y comunicaciones supone también acoso y discriminación religiosa. El género de la demandante y el demandado no ha entrado en la ecuación judicial. El tribunal ha criticado la poca transparencia en el sistema de promoción de los empelados de la empresa Dyson y ha admitido que Zeinab intentó en tres ocasiones cambiar de trabajo dentro de la misma planta para alejarse físicamente de Chana y en las tres ocasiones fue rechazado el traslado físico y la promoción laboral. Hasta que se vio forzada a dimitir.

Zeinab dice a Público que “he trabajado como ingeniera en Irán e Italia y nunca había sufrido acoso ni discriminación como musulmana exceptuando la experiencia en Dyson que se prolongó 16 meses por culpa del señor Chana mientras que Dyson no tomó acciones drásticas para protegerme; como mujer, fuera del puesto de trabajo, sí he sufrido acoso y discriminación, aunque éstas llegan de diferentes formas y maneras, algunas duelen menos y otras crean heridas para siempre o pueden cambiarte la vida”. La ingeniera iraní ha meditado sobre qué exactamente constituye acoso y discriminación en el entorno social en el que se mueve. “Hay formas de acoso y discriminación que están insertadas en las normas sociales, incluso en la normativa y las regulaciones, otras, en cambio, son inconscientes y pueden mejorar creando conciencia”, explica tras la sentencia a su favor.

El juicio ha generado repercusión mediática por el delito de acoso religioso que no suele llegar a los tribunales laborales. Para la ingeniera, “he confiado en el sistema judicial británico por su fortaleza e independencia, confiaba que vería la luz al final del oscuro túnel”. La abogada Leila Moran ha advertido con respecto a la sentencia que “este caso tiene que servir de aviso a otras compañías para que todos los empleados sean tratados con absoluta justicia puesto que los tribunales laborales no tolerarán acoso ni discriminación religiosa”. El tribunal considerará en una próxima vista la compensación para la ingeniera iraní.

Un portavoz de Dyson ha manifestado a The Times Harrow lo siguiente: “Las acusaciones fueron investigadas con profundidad y se tomaron las acciones disciplinarias pertinentes contra Kamaljit Chana, quien se comportaba de forma inapropiada y no trabaja más para Dyson en donde hemos introducido un manual de conducta Respect at Dyson para todos nuestros empleados”. En el Ayuntamiento de Harrow, el grupo político laborista, endorsado por varias organizaciones musulmanas, han pedido la dimisión del concejal tras la sentencia del Tribunal Laboral.

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