En una web de referencia para todos los muslimes, Muhammad Saalik, sabio teólogo y jurisprudente, ha declarado lícito el consumo de sirenas y de toda clase de pitanzas hechas con su carne, basándose en sólidos argumentos de la mejor tradición islámica. Saadik trae a colación, en apoyo de su docta decisión, las palabras del venerable Al-Dumayri Hayaat al-Haywaan al-Kubra, persona de largo apellido y cortas luces, que afirmó: “Las sirenas parecen humanas, pero tienen cola”… luego son aptas para un buen ágape. Y a mayor abundamiento, Saalik alude a un principio general seguido por las escuelas Shafita, Hambalita, Malakita y el ínclito Ibn Hazm: Todo ser que en encuentra en el mar es comestible. Evidentemente, se excluyen de la regla general a ciertos animales que, si bien es cierto que habitan en el agua, son impuros como la rana, la serpiente y el cocodrilo.
Según Ibn Hazam todo ser vivo que se halla en el agua es apto para el yantar como la sirena, el cerdo de mar (delfín) o el perro marino (tiburón), aunque haya sido capturado por un idólatra, judío o cristiano. Y todo esto con independencia de en qué estado se encuentre, de si es “capturado con vida y luego muere”, o de si muere en el agua y luego flota… Un seguidor de esta línea de pensamiento fue el erudito malakí Al-Durayr, un ilustre asno terrestre, que afirmó: “Todos los animales del mar son, por regla general, aptos para el consumo humano, incluyendo a la sirena, el cerdo de mar y el perro marino (…) incluso la carne muerta (…) y no es necesario que sean sacrificados correctamente”. No obstante, difiere de esta opinión Aabidin Ibn, estudioso hanafí, para quien es halal (lícito) comer todo tipo de pescado, excepto los cerdos de mar y las sirenas.
El Sheik Muhammad Saalih Al-Munajid, verdadero pozo de ciencia jurídica, ha dilucidado, con su brillantez habitual, una cuestión que ha atormentado a los más ilustres sabios del islam durante siglos. Ahora, gracias a su fatua, producto de una mente privilegiada, podremos degustar sin remordimientos un buen lomo de sirena, que es una vianda sin igual. Ciertamente, tenemos que aprender mucho de otras culturas.