El homenaje a más de 500 religiosos este domingo en Tarragona genera indignación entre vecinos, colectivos y incluso católicos de base porque no tiene en cuenta a las víctimas republicanas y porque su organización, la Conferencia Episcopal,
Un recorrido por su web permite ver cómo no hay mención alguna a las víctimas del bando republicano. Tampoco en su programa aparecen los que perdieron la vida, mártires o no, defendiendo al gobierno entonces legítimo. La beatificación de 522 religiosos que tendrá lugar este domingo en Tarragona, la más grande de la historia de la Iglesia en España, ha indignado a muchos vecinos, a colectivos y entidades, a algunos partidos políticos y hasta a católicos de base, no porque estén en contra de que se rinda homenaje a figuras eclesiásticas que fueron asesinadas durante la Guerra Civil, sino porque lo consideran un agravio respecto a las víctimas republicanas, muchas de ellas todavía en paradero desconocido.
Pero no solo eso. Quienes se oponen al acto coinciden al esgrimir dos quejas más que apuntan directamente a la jerarquía eclesiástica. Por un lado, "la Iglesia, y en concreto el episcopado español, no estarán legitimados moralmente para llevar a cabo actos como este hasta que no pidan perdón a la sociedad por haber colaborado con un régimen dictatorial y por los años de represión", expresa Josep Termes, portavoz de Església Plural, colectivo católico crítico con la institución y con las beatificaciones.
Por otro lado, también indigna que "la Conferencia Episcopal -organizadora del acto- ha sido principalmente uno de los actores del bloqueo de la recuperación de la memoria histórica", indica Teresa Fortuny, representante de la Coordinadora por la Laicidad y la Dignidad de Tarragona, plataforma creada con el objetivo concreto de tratar de evitar la celebración de las beatificaciones en la ciudad. Ante el papel de la Iglesia, Fortuny añade: "Deberían aprovechar y pedir ellos perdón a las víctimas que ahora están beatificando, porque murieron por su culpa".
Para evitar que se asocie la macrobeatificación al alzamiento franquista, la Conferencia Episcopal Española ha puesto al acto el nombre de 'Mártires del siglo XX en España', sin mencionar la Guerra Civil, pese a haber muerto la casi totalidad de ellos entre 1936 y 1939. Pero según Termes, no se les puede considerar mártires. "Mártir es el que fue martirizado por proclamar su fe en Jesús; estas víctimas no fueron asesinadas por este motivo, sino porque fueron identificadas, apoyaran o no el alzamiento, con una institución que era un brazo más de la represión del poder".
La ceremonia, presidida por el cardenal Angelo Amato en nombre del Papa Francisco, tendrá lugar el domingo a las 12 h en el complejo educativo de la ciudad, y este sábado ya habrá representaciones y unas 'Solemnes Vísperas' en la caterdral. El acto contará con el apoyo de 700 voluntarios, más de 1.500 eclesiástios, y con un público de 20.000 personas, según las previsiones. Entre los asistentes, la figura de, Artur Mas, cuya presencia, a la cabeza de la delegación de la Generalitat, generó polémica esta semana.
La ceremonia de beatificación se celebra justo un día después del 12 de Octubre, jornada en la que, precisamente este año, miles de ultras están llamados a manifestarse en Barcelona. Algunas organizaciones de extrema derecha y ultracatólicas, como la Asociación Cruz de San Andrés ya han ofrecido a sus miembros un fin de semana con una "Gran Fiesta de la Hispanidad en Cataluña". Esto incluye la manifestación españolista en la capital catalana y la beatificación "de los nuevos 522 mártires de la persecución marxista".
Ante estas manifestaciones, la Conferencia Episcopal ha reiterado que la macrobeatificación es un acto "ni político ni reivindicativo, sino histórico y social". Para demostrarlo, como detalló Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la CEE, se prohibirá la entrada al recinto de "banderas ni pancartas de ningún tipo".
La figura de Vidal i Barraquer
El mes pasado se cumplieron 70 años de la muerte del cardenal Francesc Vidal i Barraquer, arzobispo de Tarragona desde 1919. Su nombre no figurará entre los beatificados. Tras el alzamiento, este clérigo sufrió como todos la persecución religiosa, y estuvo a punto de morir en manos de la FAI en julio de 1936. Por ello se exilió en un buque de la marina de guerra italiana hacia Italia, pero pese a su condición no volvería a pisar jamás suelo español. Vidal i Barraquer se negó a firmar la carta colectiva del Episcopado Español a favor de la España de Franco, y por ello acabaría muriendo en 1943 en Friburgo, lejos de Tarragona.
Por celebrarse precisamente la ceremonia en esta ciudad, los tarraconenses contrarios a la macrobeatificación han encontrado en la figura de Vidal i Barraquer uno de los principales argumentos de su protesta. "Vidal i Barraquer es una de tantas víctimas de la Guerra Civil que no recibirán homenaje, y es un símbolo del daño que causó la Iglesia a muchas personas creientes que no eran franquistas", sentencia Fortuny.
La catedral de Tarragona, donde se celebrará un acto este sábado, en vísperas de la ceremonia.
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