Ayer jueves, 5 de enero, los municipios de toda España vivieron la Cabalgata de Reyes Magos, la primera sin restricciones desde que el coronavirus llegó a nuestras vidas. Y en muchas localidades del país, lo habitual es que, tras el camino recorrido por las calles del municipio, se termine con una misa en la iglesia o la parroquia local. Eso mismo es lo que, en teoría, tenía que pasar en Sineu (Mallorca), pero la negativa del rey Baltasar a entrar en la parroquia obligó a suspender este acto y hacer la recepción en la puerta.
El motivo no es otro que la religión, tal y como publican varios medios locales. La persona que representaba a este Rey Mago es musulmana. Y aunque desde el Ayuntamiento se le intentó convencer para cumplir con la tradición, finalmente hubo un cambio de planes.
Esto obligó, entre otras cosas, a que no se hiciera la tradicional adoración al niño Jesús y que el saludo a los más pequeños de la localidad mallorquina fuera en la puerta del edificio religioso, no en su interior.