Desde los años 80, el movimiento de los Hermanos Musulmanes comenzó a extenderse en Francia y actualmente cuenta con una red de mezquitas, escuelas, asociaciones caritativas y clubes deportivos.
Un informe oficial encargado por el gobierno francés, debatido el pasado 21 de mayo en el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional (CDSN), ha encendido las alarmas en Francia al exponer la creciente influencia de los Hermanos Musulmanes, una organización islamista de origen egipcio, y su estrategia de ‘entrismo’ para imponer la ley islámica (sharía) en el país. El documento, filtrado por el diario Le Figaro, describe un panorama preocupante: una red estructurada que se infiltra en asociaciones culturales, deportivas, educativas y administrativas, con el objetivo de transformar la sociedad francesa desde dentro, amenazando la cohesión nacional y los valores republicanos.
El informe, de 73 páginas y elaborado por un prefecto y un embajador tras más de 200 entrevistas y visitas a diversos departamentos franceses, detalla cómo los Hermanos Musulmanes operan a través de una estrategia de infiltración conocida como ‘entrismo’. A diferencia de movimientos yihadistas violentos, esta organización no busca derrocar el Estado por la fuerza, sino modificar gradualmente las normas sociales y legales para alinearlas con su visión de la sharía. Según el texto, los Hermanos Musulmanes controlan directamente 139 lugares de culto y tienen influencia en otros 55, lo que representa aproximadamente el 7% de las 2.800 mezquitas en Francia. Además, operan a través de unas 280 asociaciones en sectores como educación, deportes, juventud y finanzas islámicas, creando ‘ecosistemas islamistas’ que enmarcan la vida de los musulmanes desde el nacimiento hasta la muerte.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, calificó esta dinámica como una ‘amenaza directa a la República’, destacando que el objetivo final de los Hermanos Musulmanes es imponer la sharía, incompatible con los principios de laicidad, igualdad de género y separación entre Iglesia y Estado que definen a Francia. El informe subraya que el movimiento, representado en el país por la asociación Musulmanes de Francia (sucesora de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia, UOIF), ha logrado imponer su agenda a una parte significativa de la comunidad musulmana, a pesar de ser minoritario.
El documento destaca la capacidad de los Hermanos Musulmanes para operar en múltiples niveles de la sociedad francesa. Desde los años 80, cuando el movimiento comenzó a extenderse en Francia, ha establecido una red de mezquitas, escuelas, asociaciones caritativas y clubes deportivos. Por ejemplo, el informe identifica 21 instituciones educativas, como los liceos Averroès en Lille y Al Kindi cerca de Lyon, donde se imparten enseñanzas que promueven ideas contrarias a los valores republicanos, incluyendo la prohibición de la mezcla de géneros y la preeminencia de las leyes coránicas.
Además, los Hermanos Musulmanes aprovechan las redes sociales para captar a las nuevas generaciones, utilizando ‘predicadores 2.0’ e influencers que difunden mensajes islamistas de manera accesible.
En el ámbito local, el fenómeno del ‘islamismo municipal’ representa una preocupación creciente. Los Hermanos Musulmanes se infiltran en ayuntamientos y asociaciones comunitarias, promoviendo normas islámicas de facto, como restricciones a la libertad de movimiento de las mujeres o la imposición de vestimentas tradicionales. Este avance se ve facilitado por la financiación extranjera, principalmente de Qatar y, en menor medida, de Kuwait y Arabia Saudí, que hasta 2019 apoyaron proyectos a través de fondos de dotación y sociedades civiles inmobiliarias.
El informe ha generado un intenso debate en Francia. El presidente Emmanuel Macron, visiblemente impactado por las revelaciones, ordenó al gobierno preparar medidas más contundentes para contrarrestar esta influencia, con propuestas que serán examinadas en un próximo Consejo de Defensa en junio de 2025. Macron también expresó su frustración por la filtración del documento, exigiendo su publicación oficial a finales de mayo para garantizar transparencia.
El ministro Retailleau propuso reforzar la inteligencia, crear una fiscalía administrativa para disolver asociaciones vinculadas al islamismo y aumentar el control sobre la financiación extranjera. Sin embargo, algunos expertos advierten que centrarse únicamente en medidas de seguridad y laicismo podría ser insuficiente si no se abordan las condiciones sociales y económicas que facilitan la difusión de estas ideologías.
Desde la oposición, las reacciones han sido polarizadas. Jordan Bardella, líder de Agrupación Nacional, calificó a los Hermanos Musulmanes como «uno de los mayores riesgos existenciales» para Francia y prometió prohibir la organización si llega al poder. Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa, acusó al gobierno de alimentar la islamofobia y adoptar una retórica de extrema derecha. El Consejo Francés del Culto Musulmán y una portavoz de los Hermanos Musulmanes negaron las acusaciones de infiltración, advirtiendo sobre el riesgo de estigmatizar a toda la comunidad musulmana.
El informe subraya que, aunque los Hermanos Musulmanes no buscan un separatismo violento, su proyecto subversivo pretende reemplazar la referencia republicana por la sharía, aprovechando la falta de una estructura sólida en la comunidad musulmana francesa y el sentimiento de islamofobia para ganar apoyo. Los autores recomiendan una acción sostenida en el tiempo, que combine medidas de seguridad, sensibilización pública y un discurso laico renovado que no confunda a los musulmanes con el islamismo radical.
Francia, un país con una población musulmana estimada en nueve millones, enfrenta ahora el desafío de equilibrar la defensa de sus valores laicos con la integración de sus ciudadanos musulmanes, sin caer en la estigmatización. Con las elecciones municipales de 2026 en el horizonte, el gobierno de Macron deberá actuar con firmeza y claridad para frenar esta amenaza, mientras evita alimentar divisiones sociales que podrían ser explotadas tanto por los islamistas como por la extrema derecha.
El informe del Consejo de Seguridad pone de manifiesto una realidad compleja: los Hermanos Musulmanes han logrado establecer una red significativa en Francia, operando de manera discreta pero efectiva para promover su visión de la sharía. La respuesta del gobierno francés será crucial para preservar la cohesión nacional y los principios republicanos, en un contexto de creciente polarización política y social. La publicación del informe y las medidas que se adopten en los próximos meses marcarán un punto de inflexión en la lucha contra el islamismo político en Francia.




