Un holandés, excedido por el ruido de los rezos cerca de su hotel en Birmania, desenchufó los altavoces provocando la ira de los habitantes y su arresto por “insulto a la religión”, delito por el que puede ser encarcelado dos años.
El viernes por la noche, en momento del sermón budista de fin de semana difundido por altavoces, el hombre de 30 años, de paso en Mandalay en el centro de Birmania, desconectó los cables que unen el amplificador a los parlantes, explicó a la AFP Kyi Soe, de la policía local.
“Luego, la multitud lo siguió y encontró el hotel en donde se alojaba”, agregó, precisando que estaba detenido en una de las cárceles de Mandalay.
“Está acusado de haber contravenido a la sección 295 del código penal relativo a los insultos a la religión”, explicó Kyi Soe. El hombre será presentado a un juez en los próximos días.
Birmania, de mayoría budista, dirigida por un gobierno civil luego de décadas de un régimen dirigido por una junta militar, se abrió recientemente a las inversiones extranjeras y al turismo.
Estos cambios estuvieron acompañados por una expansión de un budismo radical. En 2012 el país estuvo marcado por disturbios que dejaron 200 muertos, en su mayoría en el oeste del país en donde vive una importante comunidad musulmana, principalmente los rohingas.
Los budistas radicales, liderados por mojes extremistas, piden el boicot de empresas musulmanas para “proteger” el budismo, religión de más del 90% de la población.
En julio un turista español fue expulsado del país por exhibir en su pierna tatuada un buda, parte del cuerpo considerada como impura para una imagen religiosa.
En 2015 un neozelandés y dos colegas birmanos fueron condenados a dos años y medio de prisión con trabajos forzados por insulto a la religión tras haber utilizado una imagen de buda para hacer la publicidad de su bar.