Ignoro si la Asociación Americana de Juristas es una organización como para alardear de su apoyo, pero lo que tengo claro es que el Instituto para la Síntesis Planetaria (IPS) no lo es. ¿Por qué? Porque el IPS es un nido de chiflados, como explica hoy en El Correo el periodista Óscar Beltrán de Otálora, gracias a quien ayer me enteré de este episodio digno de Monty Phyton. Resulta que uno de los principales objetivos del IPS es captar fondos para propiciar la Segunda Venida, dentro del denominado Proyecto Maitreya. "Se necesitan billones para realizar la reconstrucción de los valores humanos y así purificar y embellecer nuestro mundo moderno hasta el nivel en el cual el Cristo pueda reaparecer entre los hombres", dicen.
Los objetivos del IPS, cuya sede está en Ginebra, son "redespertar una conciencia de los valores esprituales en la vida diaria"; "promocionar la conciencia planetaria, que conduce a la ciudadanía planetaria. Esto incluye una conciencia de la subyacente estructura de energía de nuestra sociedad, de los reinos de la naturaleza, del planeta y del Sistema Solar"; y "analizar y ayudar a resolver problemas mundiales sobre la base de los valores espirituales y la conciencia planetaria, y así satisfacer las verdaderas necesidades presentes". La entidad tiene entre sus maestros a la médium Helena P. Blavatsky, fundadora de la teosofía moderna, y presuntos lamas tibetanos. Y quiere crear una universidad que difunda las ideas de Blavatsky y otros maestros, y en la que se enseñe la historia de la Humanidad según el Antiguo Testamento y las sagradas escrituras indias; el simbolismo astrológico; la psicología de la Nueva Era; la homeopatía; el principio de Ayurveda; la curación mediante fuerzas más sutiles… Internamente, cuenta con diez grupos de trabajo que promueven todo tipo de cosas disparatadas, desde el uso de la telepatía hasta el desarrollo de "nuevas hipótesis que vayan más allá de los estrechos límites de la ciencia materialista".
Con esta trayectoria y objetivos, que el IPS apoye a la izquiera abertzale no me parece nada inquietante; lo que me parece preocupante es que esté considerada una organización consultiva ante el Consejo Económico y Social de la ONU. Demuestra que en la institución supranacional escuchan los consejos de cualquiera, aunque esté loco de atar.