En septiembre de 2017, la imagen de la Virgen de las Nieves que presidía la cumbre del Urriellu desapareció, una vez más. De nuevo, había sido víctima del vandalismo. Hoy, casi un año después, un grupo de montañeros subirán a colocar una nueva talla.
Los encargados de volver a la Virgen de las Nieves a su sitio repiten, en su mayoría, la experiencia, ya que muchos de ellos fueron los encargados de colocar la figura anterior, el 23 de junio de 2014. “Es la segunda vez que subo la talla de la Virgen y va a ser la última”, asegura Marco Rodríguez, un enamorado de la montaña que va a ser uno de los encargados de subir la figura de 17 kilos. “Le había cogido mucho cariño a la anterior Virgen, aquello fue muy emocionante porque sentí que estaba colaborando a que una tradición asturiana se mantuviera”, añade este enamorado de la montaña. Junto a Rodríguez van a ascender al Urriellu Borja Hevia y cuatro montañeros: Fernando Torre, Mario Llamazares, Javier García e Iván Palacios. Además, estarán acompañados por los guías Xuaco Álvarez, Jorge Núñez y Bernabé Aguirre, y por Honorino Montes, miembro de la Federación de Montaña del Principado de Asturias.
En esta ascensión han preparado también algo muy especial con los restos de la anterior Virgen que fueron encontrados entre unas rocas calizas pocos días después de su desaparición. El hecho de que se encontrara fue algo insólito, ya que la talla está hecha de roca caliza, por lo que era como buscar una aguja en un pajar. Así que, para que no se perdiera, se decidió hacer a partir de esos restos una talla más pequeña que también hoy se va a colocar en el Urriellu. “Que la Virgen esté allí no es solo un hecho religioso, es una tradición y se colocó en 1954 como homenaje a los 50 años de la primera ascensión”, remata Rodríguez, que pide “respeto” por la talla.