El movimiento de base Redes Cristianas apuesta por una «asamblea universal» con el que regenerar la Iglesia
"Somos hijos del Concilio Vaticano II", apuntan desde Redes Cristianas, el movimiento de base que pretende devolver a la Iglesia su espíritu original ante una jerarquía que, como denuncian insistentemente, se ha alejado de la sociedad. Aquel evento, que se clausuró en 1965, marcó un hito en cuanto a los intentos aperturistas de la Iglesia católica para retomar el pulso a la sociedad, y es precisamente ese el espíritu que pretenden recuperar desde la plataforma, aunque ya de inicio apuntan a una crítica que dificultó aquella tentativa: era una apertura dirigida desde la jerarquía y como tal quedó pronto diluida. De ahí que ahora promuevan una "asamblea" universal del pueblo cristiano de carácter horizontal, advirtiendo de que con los actuales jerarcas, un nuevo concilio sólo serviría para llevar a la Iglesia definitivamente "a la Edad Media, tal como está la jerarquía".
Redes Cristianas reúne unos 147 grupos católicos de base en la que se incluyen clérigos y seglares y en cuya estructura se integran algunas plataformas de marcado carácter aperturista en el seno de la Iglesia católica, como la Asociación de Teólogos Juan XXIII o el Foro Curas de Madrid.
“Momentos muy inciertos ante la separación entre jerarquía y sociedad”
La plataforma, junto a otras similares en otros puntos del mundo, se ha marcado un ambicioso reto de cara al 50 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II -que se inició en 1962 y concluyó tres años después- y es el de “recuperar aquel impulso, aquella idea de que los católicos no sólo caminan bajo los jerarcas sino que podemos construir todos juntos”. Así lo explica una de las portavoces de Redes Cristianas, Raquel Mallavibarrena, quien ha anunciado el inicio de las acciones para poner en marcha esa asamblea mediante foros, debates, discusión de documentos… “La Iglesia pasa por momentos muy inciertos ante la separación entre cómo evoluciona el mundo y la jerarquía”. Mallavibarrena apunta a la necesidad de la implicación del clero y se muestra optimista en ese sentido ante reacciones de apoyo ante los últimos gestos de autoritarismo de la curia con sacerdotes en Irlanda o las monjas de EEUU, países donde junto a otros como Austria, se habla de la necesidad de un nuevo concilio.
El error de una apertura vertical que se dio paso a la “involución”
La iniciativa ha sido presentada este jueves en el Ateneo de Madrid. El teólogo Evaristo Villar (Foro Curas de Madrid) advierte de un error de origen en aquel Concilio Vaticano II: “Se concitaron jerarcas muy preparados, aperturistas y en la modernidad, pero faltó la base social, el pueblo. No fueron capaces de una autocrítica seria sobre la cerrazón de la curia vaticana”. Así, pronto se produjo rápidamente una “involución” y ahora estamos en la “restauración” del modelo cerrado previo al concilio. Las consecuencias están ahí en forma de datos, en los millones de fieles que se pierden en todo el mundo o en el caso de España, que los jóvenes hayan pasado del 30% de los fieles a un preocupante 10%, o la mala valoración hacia la jerarquía católica en las encuestas del CIS. “La Iglesia da la espalda a la sociedad, a la modernidad, a la ciencia, a la tecnología…”, insiste Villar, lamentando por ejemplo las posturas del Episcopado en asuntos como el aborto o la homosexualidad.
“Ha perdido la capacidad poética”
El teólogo cree que incluso la Iglesia “ha perdido la capacidad poética que siempre había tenido, como inspirador del arte”. Y advierte de la importancia de que la nueva fórmula de regeneración venga de una asamblea que no esté mediatizada verticalmente, ya que “un Concilio Vaticano III nos llevaría a la Edad Media tal como está la jerarquía”, citando a Chesterton para insistir en que dejar el sombrero a la entrada de la Iglesia no significa dejar la cabeza. Explica asimismo que hay precedentes de estas asambleas horizontales, como el Concilio de Jerusalén, en los orígenes del cristianismo, cuando se da el “paso revolucionario” de abandonar la exclusividad judía para universalizarse.
“Nos plantamos cuando se pervierte el mensaje”
En cuanto a si creen que el Episcopado aceptará alguna comunicación con este movimiento, Villar cree que “dependerá mucho de las jerarquías regionales, no todas son iguales”, aunque advierte de que en cualquier caso sus iniciativas solo han encontrado como respuesta el silencio o el rechazo. Advierte de que no tienen nada en contra de la jerarquía en sí: “Nos plantamos cuando se pervierte el mensaje, diferenciamos entre mensaje y medio, y la institución de la Iglesia es un medio. El mensaje entusiasma, pero no cuando se ve con las gafas de la jerarquía”.
Los privilegios de la Iglesia: “Un escándalo”
Sobre la indignación social por los privilegios de la Iglesia española en momentos de recortes generalizados, Villar se muestra contundente: “Es un signo de escándalo, es el antitestimonio, nosotros recomendamos que no se marque la casilla de la Iglesia en la declaración, es una forma de retraer recursos de los servicios sociales. Abogamos porque la Iglesia llegue a la autofinanciación como se comprometió en 1979″.
Tres fases hasta 2015
Sobre las fases de cara a esa asamblea, otra de las portavoces de Redes Cristianas, Cristina Ruiz, explica que encaran tres etapas en los tres próximos años: crear una base social plural, amplia y abierta en la que se incita a la participación de la sociedad civil cristiana; la búsqueda de los mecanismos de participación horizontal adecuados, limando las diferencias entre los participantes; coincidiendo con el aniversario de la clausura del CV II en 2012, ofrecer y articular sus respuestas a la reforma de la Iglesia y sus instituciones.