Sucedió en un partido de cadetes en la localidad de Arrigorriaga, en Vizcaya.
La prohibición de un árbitro a que un niño jugara un partido de cadetes (14-15 años) con un patka —un turbante que llevan las personas que profesan la religión del sijismo— provocó que el resto de sus compañeros abandonaran el campo y el partido tuviera que ser suspendido.